Auténtico carácter SUV compacto y tracción 4x4 inteligente.
En medio de una muy necesaria semana de descanso, la IndyCar Series vela armas para sus tres carreras finales de la temporada, siendo la próxima el sábado venidero en el óvalo de Gateway. Con la pelea por el campeonato abierta de par en par, y hasta siete pilotos con opciones reales a día de hoy, no está de más volver a lo ocurrido hace siete días y revivir los mejores momentos del Music City Grand Prix. Un nombre que sería más que apropiado si alguien crease una composición techno con el sonido de todas las colisiones que se produjeron en esta pista, poco apropiada para este tipo de coches.
Las calles de la bulliciosa ciudad de Nashville fueron el escenario de un evento que volvió a ser muy accidentado, con ocho periodos de bandera amarilla y una bandera roja, pero que dejó grandes detalles de competición en medio de tanta interrupción. Entre ellos, el ritmo sideral de un Scott McLaughlin que lideró con mano de hierro y adelantó múltiples coches cuando las amarillas y una mala parada le sacó de rueda. Sin ir más lejos, su desventaja respecto al ganador fue la cuarta más pequeña de la historia en circuito…
Los coches de Andretti Autosport también ofrecieron un espectáculo de adelantamientos uno detrás de otro. Si bien Romain Grosjean vio su buen día arruinado por una controvertida maniobra con Josef Newgarden, el pésimo inicio de Alexander Rossi y Colton Herta fue totalmente revertido con un doble top 5 ganado a pulso en la pista. Todo ello, a costa de un Christian Lundgaard que perdió en las vueltas finales la oportunidad de sumar su segundo podio consecutivo.
Fotos: IndyCar Media