FOTO DE ARCHIVO-El Ferrari 488 Pista Spider durante el primer día de prensa del auto show de París, en París, Francia. 2 de octubre de 2018. REUTERS/Benoit Tessier
Por Giulio Piovaccari y Jonathan Stempel
Según una demanda colectiva presentada el lunes en un tribunal federal de San Diego, las llamadas a revisión en 2021 y 2022 para solucionar las fugas de líquido de frenos fueron solo una medida provisional, lo que permitió al fabricante italiano seguir vendiendo miles de coches con frenos defectuosos.
La demanda dice que la única solución era reemplazar los cilindros maestros defectuosos cuando se encontraran fugas.
“Ferrari estaba legalmente obligada a revelar el defecto de los frenos como un defecto de seguridad conocido y no lo hizo”, según la demanda, que pide una compensación por daños y perjuicios no especificados para los conductores.
“Operamos de acuerdo con estrictas directrices de seguridad y protección para garantizar que nuestros vehículos respetan siempre las especificaciones de homologación”, añadió Ferrari.
La demanda está encabezada por Iliya Nechev, un residente de San Marcos, en California, que compró su Ferrari 458 Italia de 2010 en 2020.
Nechev dijo que “estuvo cerca de un accidente varias veces” debido a los frenos de su Ferrari, pero su concesionario dijo que eran “normales” y que debería “simplemente acostumbrarse a ellos”. Agregó que no habría comprado su Ferrari de haber sabido de los problemas.
Los retiros de Estados Unidos cubrieron muchos modelos de Ferrari, incluidas versiones del 458 y 488, producidas durante casi dos décadas.
Ferrari y Robert Bosch, el proveedor alemán de las supuestas piezas defectuosas, han dicho que los problemas podrían deberse a que los tapones de los depósitos de líquido de frenos podrían no ventilarse correctamente, creando potencialmente un vacío dentro del depósito de líquido.
Bosch, que también es uno de los demandados, no respondió inmediatamente el martes a una solicitud de comentarios. Los cinco bufetes de abogados que representan a Nechev no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios adicionales.
(Reporte de Giulio Piovaccari en Milán y Jonathan Stempel en Nueva York; editado en Español por Ricardo Figueroa)