In this photograph taken on December 13, 2022 French horse trainer Sabine Rouas rides her bull “Aston” in Vieville-Sous-les-Cotes, northeastern France. – Sabine Rouas trained her bull like an horse. Aston performs in horse jumping and dressage competition. (Photo by Kenzo TRIBOUILLARD / AFP)
Al pie de los viñedos de un pueblo del este de Francia, Sabine Rouas sale en la mañana sobre el lomo de Aston, un toro de 1,4 toneladas que pasea apaciblemente. Mientras jinete y toro avanzan, un hombre detiene desconcertado su furgoneta y toma el móvil para inmortalizarlos.
En cada una de sus salidas, Aston provoca la misma sorpresa, es una celebridad local. “¡Aston es conocido hasta en Japón!”, cuenta la mujer, gracias a las redes sociales donde tienen 62.000 suscriptores en TikTok, 90.000 en YouTube y casi el mismo número en Facebook.
Sin embargo, la historia de Sabine y Aston fue más bien agridulce. Comienza con un duelo, el del caballo de competición de Sabine, jinete emérita. “Cada jinete tiene en su vida una relación especial con un caballo. Cuando el mío murió, no quería volver a oír hablar de caballos”.
En ese momento, Sabine vivía en Luxemburgo, en un edificio al lado de una granja. Con el pasar de los días, observaba al ganado y se le ocurrió la idea de contactar al granjero “para volver a ponerse en contacto con los animales de gran tamaño”.
“Todavía tenía dificultades con los caballos, extrañaba el contacto. Así que bajé a la granja y vi a una vaca que se veía más interesada que las otras. Vi que era inteligente, que estaba aprendiendo a saludar y a responder a su nombre”. Así que cuando la vaca dio a luz a Aston, un ternero macho, compró a ambos.
Sabine cree en el vínculo especial que existe entre los humanos y cada animal. “Al verme montar a caballo, Aston quería hacer lo mismo”, dice con entusiasmo. “Observándolos, aprendió mucho de su comportamiento, así que nos apoyamos en la imitación “.
Aston, que ahora tiene nueve años, salta pequeños obstáculos, realiza movimientos laterales y galopa. “Cuando la gente ve eso, me dice que Aston se cree un caballo y es verdad: le gusta imitarlos”.