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Motores clásicos: historia del bloque Cléon-Fonte de Renault

Apareció en 1962 y se alargó hasta los primeros años del siglo XXI.

motores clásicos: historia del bloque cléon-fonte de renault

‘De la carretera al circuito’ es un eslogan que se aplica a varios coches y más aún a ciertas familias de motores que nacieron para equipar automóviles de serie pero que también pueden adaptarse fácilmente a vehículos deportivos e incluso de competición.

Prácticamente todos los fabricantes de automóviles han tenido a lo largo de su historia alguna que otra de esas familias mecánicas. En lo que respecta a Renault, una de las más interesantes es la serie Cléon-Fonte, llamada así porque se producía en la planta de Cleon, al igual que la Cleon-Alu, también bastante famosa.

Del Renault 5 al Alpine

Esta familia de motores de gasolina de cuatro cilindros en línea, también conocida como ‘Sierra’, vio la luz a principios de los años 60, en 1962 para ser exactos. Destinada a desarrollarse con numerosas variantes de cilindrada, hasta cinco, pero todas entre 1,0 y 1,4 litros, presentaba algunas características que permanecerían inalteradas a lo largo del tiempo.

Entre ellas, el cárter de hierro fundido con cinco apoyos en el cigüeñal, las culatas de aluminio, el árbol de levas lateral accionado por cadena, las dos válvulas por cilindro y la refrigeración por agua.

El suministro de carburante corría a cargo de carburadores simples o dobles de varios tipos. Sólo en el periodo final, se fijó el cambio a la inyección de combustible. La gama Cléon-Fonte incluía naturalmente versiones sobrealimentadas, una solución técnica casi pionera por parte de Renault. ¿Quién no recuerda sus motores turbo en las últimas décadas del siglo XX?

Renault 5 950 1962

El motor 1.0

El exponente más pequeño y sencillo de la serie Cléon-Fonte era el de 1,0 litros, en realidad 950, ya que la cilindrada se quedaba en 956 cm3 (diámetro y carrera de 65 x 72 mm). Debutó, como la mayor parte de la familia, en modelos con motor en posición trasera, como el Renault 8 y el Floride, pero más tarde también se montó en el Renault 5 y en su heredero, el Supercinco. Asimismo, impulsó una primera versión del Alpine A110 en 1962. Las potencias oscilaban entre los 34 y los 50 CV.

El motor 1.100 del Renault 9 TC

El motor 1.1

La variante de 1,1 litros y 1.108 cm3 llegó un poco más tarde y, en comparación con la inicial, simplemente tenía el diámetro aumentado a 70 mm. La potencia en este caso oscilaba entre 45 y 70 CV, y la lista de ‘clientes’ se amplió de forma interesante.

En Renault, además del 8 y el 10, el 5, el 6 y la Caravelle, y luego el 7, el 9 y el 11, también se utilizó en la furgoneta Estafette e incluso llegó al Clio. También se suministró a las berlinas DAF 55 y 66 y a la variante Volvo de esta última, así como al Matra Djet, que recibió la versión de 70 CV y una evolución posterior de 90 CV.

El motor del Matra D-Jet

El motor 1.250

Basado en el 1.1, pero con un diámetro aumentado hasta 74,5 mm (formato casi ‘cuadrado’) y una cilindrada de 1.255 cm2, el tercer Cléon-Fonte se montó en el Renault 8, el Alpine A110 y el Matra D-Jet 6 a mediados de los años 60 y principios de los 70. Fue el primero en superar los 100 CV.

Otro motor similar, de 1.237 cm3 y 55 CV, se utilizó en los Supercinco, 9, 11 y también en el 19 a finales de 1990. Su evolución de 1.239 cm3 fue en el primer Twingo, el Clio y la furgoneta Express.

El motor 1.3 en el Renault 5 LS

El motor 1.3

Nuevo con respecto a sus predecesores, el bloque de 1.289 cm3 (diámetro y carrera 73 x 77 mm) se utilizó entre 1968 y 1981 en una gran variedad de modelos como el 5, el 12, el 15, el Estafette y de nuevo el DAF/Volvo 66, con potencias que iban de 52 a 64 CV.

Renault 18 Turbo 1978

El motor 1.4

La versión de 1.397 cm3 fue, con diferencia, la más extendida y amplia, no sólo por el número de modelos que impulsó, sino también por la gran cantidad de variantes. Así, se podía encontrar en los Renault 5, Supercinco, 9, 11 y 18, también en las versiones Turbo, y de nuevo en la furgoneta Master de primera generación, el todoterreno Aro 15 e incluso en el Volvo 340, con potencias que iban de los 48 a los 120 CV.

Renault 5 Turbo 1980

Una variante específica con culatas y válvulas en V modificadas se utilizó para las versiones más potentes del Renault 5: el R5 Alpine aspirado de 93 CV y el Turbo de 110 CV, y finalmente en el potente R5 Turbo con motor trasero, en el que la potencia alcanzaba los 160 CV.

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