1.560 días son los que han pasado entre la última carrera de Andrea Iannone y su vuelta a los circuitos. El piloto de Vasto se despedía de la competición tras el Gran Premio de Valencia en 2019 tras haber dado positivo en drostanolona en un control antidopaje realizado en el circuito de Malasia pocos días antes.
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En un principio, la Corte Disciplinaria de la FIM le impuso al italiano una sanción de 18 meses, pero, lejos de aceptarla, Iannone presentó un recurso, alegando que se trataba de un error y que el positivo se debía a que había sufrido una intoxicación alimentaria durante el Gran Premio de Malasia. Ante esta apelación, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) consideró que el piloto no era capaz de determinar de dónde procedía el positivo, y decidió elevarle la sanción hasta los cuatro años.
Superbikes, la nueva oportunidad de Iannone
Así pues, Iannone volvía a pista a finales del pasado mes de febrero, en la carrera inaugural del Mundial de Superbikes en Phillip Island (Australia). Y la sorpresa fue mayúscula, pues, en su primera carrera sobre la Ducati, el piloto italiano logró subirse al podio, con una tercera posición tan solo por detrás de Nicolo Bulega y Andrea Locatelli. Un primer podio en Superbikes que llegaba en el mismo circuito en el que consiguió el último en MotoGP, en 2018.
Sobre si tiene pensado volver a MotoGP, Iannone confesó que, tras el podio logrado en Australia, un amigo le dijo que tendría que regresar, pero que él no lo tiene claro. Pese a que considera que ‘sería una historia increíble’ de momento afirma ‘estar bien así’, y querer disfrutar al máximo esta nueva aventura en el Mundial de Superbikes.