- La unión entre Laurin & Klement y Skoda
- Skoda Hispano-Suiza 25/100 KS (1928): el coche de lujo de la Primera República Chevoslovaca
- El coche del presidente Tomáš Garrigue Masaryk
- El Chasis 469
- Vuelta a su estado original
El periodo de Entreguerras fue, a la vez, intenso, emocionante y trágico. A la finalización de la Primera Guerra Mundial, le siguió un tiempo de felicidad y esperanza que pronto se vio truncado por el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 que dio lugar a la Gran Depresión, mientras comenzaban a florecer los movimientos totalitarios. En esta época convulsa, se produjo el Skoda Hispano-Suiza 25/100 KS, el coche de lujo de la Primera República Chevoslovaca.
La serie limitada Škoda Hispano-Suiza 25/100 KS, fabricada entre 1926 y 1930, fue uno de los coches más avanzados de su época en todo el mundo. Este prestigio se vio reforzado por el énfasis de la marca checa en la calidad de los materiales y la mano de obra, a lo que hay que añadir un motor de seis cilindros y 6.6 litros con 100 CV que le permitía alcanzar los 120 km/h, palabras mayores para la época y teniendo en cuenta sus dos toneladas de peso y cinco metros de largo.
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Esta joya del automovilismo con sabor español ha sido restaurada este año y fue presentada por primera vez en la Techno Classica Essen celebrada el pasado 12-16 de abril.
La unión entre Laurin & Klement y Skoda
Con el Laurin & Klement FF de ocho cilindros en línea de 1907, la marca de Mladá Boleslav entró en la máxima categoría del automóvil. A partir de 1924, el modelo estrella fue el L&K 450, equipado con un bloque de seis cilindros y 5.0 litros con distribución silenciosa. Pero, ese mismo año, un devastador incendio precipitó las negociaciones para incorporar un socio estratégico fuerte, papel que asumió en 1925 la empresa de ingeniería y armamento Skoda, con sede en Pilsen.
Skoda tenía experiencia fabricando vehículos militares desde 1919 y a partir de 1924 empezó la construcción de vehículos comerciales con licencia: las locomotoras de vapor Tilling-Stevens y Sentinel que funcionaban con gasolina sintética. El 10 de noviembre de 1924, Karel Loevenstein, por entonces director general de Škoda Pilsen, decidió iniciar la producción bajo licencia del turismo de lujo Hispano-Suiza H6B.
Skoda Hispano-Suiza 25/100 KS (1928): el coche de lujo de la Primera República Chevoslovaca
Skoda Pilsen ya producía motores de avión para la marca española, que tenía sus plantas de producción en Francia y España y estaba dirigida por un diseñador jefe suizo, Marc Birkigt. El coche estaba construido sobre un chasis rígido acanalado con una generosa distancia entre ejes de 3,69 metros y montaba un motor de gasolina OHC con seis camisas de hierro fundido en un bloque de aluminio.
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El motor entregaba una potencia de 100 CV a 1.600 rpm, con picos de 135 CV a 3.000 rpm, durante un breve periodo de tiempo. A pesar de sus casi dos toneladas de peso, más de cinco metros de largo y dos metros de altura, era capaz de superar los 120 km/h. El consumo medio oscilaba entre los 20 y 25 litros cada 100 kilómetros, una cifra que daría miedo hoy, pero adecuada en aquella época. Para detener semejante mole, contaba con frenos mecánicos extremadamente fiables.
El coche del presidente Tomáš Garrigue Masaryk
Tal era el nivel de calidad del Skoda Hispano-Suiza 25/100 KS que, en 1926, la dirección de Hispano-Suiza realizó una comparación entre su versión y el modelo producido por Skoda bajo licencia y concluyó que el checo era superior en muchos aspectos, incluidos el cambio y la dirección más precisos.
Como la planta de Pilsen no disponía de carrocería propia, los chasis completos de más de la mitad de las 100 unidades producidas se ensamblaron en la planta de Mladá Boleslav. El resto se fabricó en empresas independientes como Aero, Brožík, J. O. Jech, Petera (actual planta de Škoda en Vrchlabí), Pokorný & Beiwl o Uhlík.
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El Chasis 469
Sólo un puñado de coches Škoda Hispano-Suiza han sobrevivido hasta nuestros días. Entre los más atractivos, está el que se expone actualmente en el Museo Škoda. El chasis lleva el número de serie 469 y equipa el motor número 1.181. Salió de la planta de Pilsen el 4 de mayo de 1928 y el 22 de septiembre el carrocero local J. O. Jech, que operaba en Praga, cerca del Teatro Nacional, lo entregó a la Asociación de Refinerías Azucareras Checoslovacas.
El coche lo utilizó el presidente de la asociación, Robert Mandelík, hasta mediados de la década de 1930. Más tarde, como era habitual en la época, los chasis robustos más antiguos con motores potentes se adaptaron a vehículos de extinción de incendios, en este caso durante la Segunda Guerra Mundial para el Cuerpo de Katowice, cerca de Strakonice.
Vuelta a su estado original
En la década de 1970, el coche fue adquirido por un coleccionista eslovaco. El siguiente propietario, esta vez de Praga, inició en 1995 una profunda restauración que conllevó diez años. El famoso artista Václav Zapadlík diseñó una creación al estilo de J. O. Jech sobre el chasis original con la parte delantera original de la carrocería. Posteriormente, el coche cambió de propietario dos veces más y, desde 2010, forma parte de las colecciones del Museo Škoda.
En agosto de 2019 comenzó un exigente proyecto de restauración para devolver al vehículo su aspecto original, basándose en una búsqueda exhaustiva de materiales de archivo. Durante el proceso, se descubrieron defectos importantes en el motor y otros componentes y se corrigieron las reparaciones defectuosas realizadas en el pasado. La guinda del pastel la ponen las réplicas de las placas de matrícula Č-26.960, fieles a las que existían en tiempos de la Primera República Checoslovaca.
