Hace cuatro años, Saint Laurent inauguró una concept store muy interesante, justo en la misma ubicación donde había estado, hasta su cierre en 2017, la icónica tienda multimarca Colette. El 213 de la calle Saint Honoré 213 perdió uno de los salones principales de moda de la capital francesa pero ganó un espacio que representa la expansión creativa del universo de Saint Laurent. O lo que es lo mismo, el nuevo proyecto favorito de Anthony Vaccarello. Porque no es ningún secreto que el director creativo de la maison es un fanático de los productos vintage y con Saint Laurent Rive Droite, se ha propuesto ofrecer una gama de productos tan exclusiva como heterogénea.
El nombre es una irónica referencia a la línea de ropa de vestir más asequible de la marca, Rive Gauche, creada por el maestro y fundador, Yves Saint Laurent, en su intento de “democratizar” su casa de alta costura durante la década de los sesenta. En el espacio, no sólo se ofertan piezas exclusivas y artículos de edición limitada de Saint Laurent, también alberga una pequeña biblioteca, una colección de música, fotografía, arte y piezas vintage firmadas por la casa. Es decir, que el recinto está pensado para que puedas invertir varias horas deambulando simplemente por ocio y sin necesidad de gastar un solo euro, lo cual siempre es de agradecer.
La colección “The Vintage”, también incluye otras camisetas, como esta del pintor de arte pop, Roy Lichtenstein.
Ahora bien, si decides comprar algún artículo de la variopinta selección de productos prepara bien tu cartera, porque aquí puedes encontrar desde tablas de skate y máquinas recreativas portátiles firmadas por YSL hasta flotadores de 900 euros. Y como cualquier tienda “vintage” que tenga el valor de llamarse como tal, no podía faltar una buena selección de camisetas de antiguas bandas de rock. Sin embargo, Vaccarello lo ha querido llevar al siguiente nivel con su recién anunciada colección “The Vintage”.
El mercado de las camisetas vintage de grupos de música es un sector muy lucrativo e increíblemente rentable. Individuos como Justin Reed, Teejerker o Patrick Matamoros lo llevan demostrando hace mucho tiempo. Pues bien, esta colección cápsula tiene el honor de vender las camisetas de Nirvana más caras del mundo. El mítico grupo capitaneado por el trágico Kurt Cobain, es una de las bandas más famosas de todos los tiempos, referentes absolutos de la Generación MTV, el grunge y el rock alternativo. Los precios de una camiseta de cualquier banda de rock mínimamente relevante pueden alcanzar los cientos de euros en eBay, siempre y cuando sea original. así que imaginaros las cifras que pueden alcanzar las de un grupo tan popular como Nirvana.
La camiseta con la ilustración de Incesticide, álbum recopilatorio de rarezas, lados b y otras grabaciones de estudio, es el plato fuerte de la cápsula.
Así pues, de entre el surtido de camisetas vintage de rock seleccionadas a mano como parte de la colección de verano Rive Droite, destacan sobre todo las de la banda de Cobain. Una camiseta de In Utero de los años 90 cuesta 2.690 dólares y otra con la Smiley Face clásica del grupo, unos 990. Sin embargo, la joya de la corona que ha levantado las cejas de todo el mundo es una camiseta original de Incesticide, que está a la venta por la friolera cantidad de 4.450 dólares americanos. Teniendo en cuenta que no se trata de productos de Saint Laurent sino de auténticas camisetas vintage, ¿por qué los precios son tan disparatados?
En primer lugar, hay que reconocer que este mercado se basa en la rareza de las piezas. Muchas camisetas de esta época son extremadamente difíciles de conseguir y se han convertido en objetos de colección, más aún si se mantienen bien conservadas. La antigüedad y especificidad del producto es lo que le otorga el auténtico valor. Por otro lado, hay que reconocer que esta selección en concreto a la que Sain Laurent le ha echado el guante contienen piezas especialmente raras. Aún así, es posible dar con alguna por un precio más asequible si sabes donde buscar, por lo que el prestigio de la firma probablemente le ha añadido algún que otro 0 extra.
Caprichitos de lujo no aptos para todos los bolsillos pero ¿quién dice que en unos años no se revalorizan y acaba convirtiéndose en una inversión rentable? Pues eso.
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