- Prueba Kia Stonic: pequeños cambios estéticos
- Prueba Kia Stonic: ahora con un motor híbrido ligero
- ¿Qué Kia Stonic me compro?
- ¿Kia Stonic o Kia Rio?
- Los rivales del Kia Stonic
El Stonic es uno de los modelos más exitosos de la marca en nuestro país. Ahora ha ganado en atractivo con su nuevo equipamiento GT Line y ofrece mucha más tecnología. Le analizamos al completo.
El Kia Stonic compite en uno de los segmentos más difíciles y que más crece de nuestro mercado, el de los SUV de un tamaño cercano a los 4 metros. El año pasado fue renovado ligeramente en el apartado estético, aumento de forma notable su dotación tecnológica e incluyó tanto el acabado GT Line como los motores de hibridación ligera que aquí probamos.
Prueba Kia Stonic: pequeños cambios estéticos
La mejor manera que teníamos de mostraros los cambios del nuevo Kia Stonic era probarlo con su último acabado GT Line. Con él se quiere dotar al pequeño SUV de una apariencia más deportiva, muy remarcado por las tres entradas de aire delanteras o los paragolpes, y a la vez enfatizar el espíritu más crossover con las barras en al techo o las piezas grises decorativas en ambos lados de la carrocería.
Dirigido mayoritariamente a un público joven, en Kia ofrecen el abanico más amplio de personalización para su Kia Stonic, con varias opciones para la carrocería en combinaciones de uno o dos tonos. Sea como fuere, su diseño global es un tanto conservador si lo comparamos con otros modelos del fabricante más rompedores como el Kia Sportage, por ejemplo.
Esta característica se podría aplicar perfectamente también al interior del Kia Stonic. No ofrece un salpicadero llamativo, sino que busca potenciar la ergonomía con la incorporación de grandes botones, una buena visibilidad en todos los ángulos y muchos huecos para vaciarnos los bolsillos. Con un volante achatado, por ser GT Line, de buena calidad, solo le faltó incorporar el panel de instrumentación digital que ya tienen algunos de sus rivales y unos mandos para el climatizador un poco más modernos.
Otros detalles que encontraremos al ser un GT Line son un pomo del cambio especial, pedalier de aluminio y una pieza que imita la fibra de carbono en la parte derecha del salpicadero. Solo faltaron unos asientos algo más ambiciosos en su deportividad. Los materiales que acompañan son acordes a la categoría y rivales del Kia Stonic (mucho plástico duro), pero como viene siendo habitual en la marca coreana, con un excelente nivel en su ajuste.
Aunque para mí el gran cambio en el interior del nuevo Kia Stonic lo aporta su nueva pantalla multimedia. Cuando probé a su antecesor indique que “quizás su interfaz no sea la más moderna del mercado”. Pues la respuesta ha sido esta de ocho pulgadas, con un diseño acorde a estos tiempos, que se mueve de forma ágil entre menús y que desde el acabado Drive (intermedio) cuenta con todo lo imprescindible.
De aquí pasamos a la parte trasera del Kia Stonic. Como es habitual en este tamaño, viajan dos adultos de forma cómoda en su parte trasera. De sus cotas, la más destacada de todas es la altura, ubicándose en un punto medio dentro de su categoría en el espacio para las piernas o la anchura. La plaza central, pese a ser pequeña, cuenta con un mullido cómodo para la espalda y un túnel central bajo.
Cerraríamos con el maletero. Su boca de carga es un poco alta, ofreciendo después un espacio muy cuadrado para aprovecharse de la mejor manera. Con 352 litros se sitúa en la parte media/baja frente a sus competidores directos. Además, debajo de la bandeja no puede llevar rueda de repuesto ya que este hueco ha sido ocupado por la batería del sistema híbrido ligero.
Prueba Kia Stonic: ahora con un motor híbrido ligero
Le ha venido muy bien la incorporación del sistema híbrido ligero a este Kia Stonic. Lo notamos ya desde el momento en que se arranca el vehículo, pues pese a que todavía se sigue notando su sonido de tricilíndrico en el interior, ahora lo hace de una forma menos evidente. Solo aparecerá en algunas aceleraciones un poco más fuertes de lo normal (una incorporación, un adelantamiento…), pero es ahí donde también notarás un poco más de empuje del conjunto mecánico.
Punto aparte merece la nueva caja de cambios manual inteligente (iMT). Su tacto y refinamiento es mucho mayor que la anterior, sumando a mayores un control automático de aspectos importantes en la conducción. Por ejemplo, es capaz de modificar las revoluciones del motor para ofrecerte siempre un buen régimen, o también se desacopla como una transmisión automática para conducir a vela cuando circulamos con el modo Eco. Ella también es culpable de la bajada de los consumos antes comentada.
Ya que he dado pie a hablar de los modos de conducción (Drive Mode lo llaman en Kia) es una de las novedades que incorporaba el nuevo Stonic y que yo suelo agradecer porque suelo utilizarlo bastante. El coche siempre arranca en “Eco”, pudiendo luego elegir entre los “Normal” y “Sport”. No noté una diferenciación muy clara entre los tres, por lo que casi no merece la pena colocar el último por el aumento del ruido y de los consumos que se produce (en el Normal tendrás un buen empuje también).
En cuanto al comportamiento dinámico del Kia Stonic, estamos ante un coche con una dirección que busca lograr una gran agilidad en ciudad, algo que le restará algunos puntos en carreteras de curvas (con el modo Sport mejora un poco). El conjunto de frenos no tiene pegas (en esta variante retienen algo más para cargar la batería), mientras que el chasis ofrece un gran aplomo aderezado por una suspensión un poco más deportiva en este acabado GT Line.
¿Qué Kia Stonic me compro?
Os voy a intentar explicar porque a mí me parece que el 1.0 T-GDI de 120 CV es la mejor opción para este Kia Stonic. Comparado frente al 1.2 DPi es fácil, ya que este motor por sus características (no tiene turbo y solo cambio manual) y potencia (84 CV) estaría muy cerrado a clientes que hagan pocos kilómetros, por ciudad en su mayoría o que tengan un presupuesto más ajustado.
Además, hay que tener en cuenta que el 1.0 T-GDI de 120 CV es el único que permite asociarse a un cambio automático de las tres opciones analizadas. Cuenta con una configuración de doble embrague y tiene siete relaciones, con un funcionamiento óptimo para este Kia Stonic. Ahora bien, teniendo en cuenta lo bien que va el manual inteligente tienes que plantearte bien si merece la pena invertir los 1.600 euros que cuesta de más el DCT.
¿Kia Stonic o Kia Rio?
Seguimos resolviendo indecisiones. Porque a la hora de comprar un Kia Stonic también te puedes plantear llevarte un Kia Rio. Ambos modelos tienen la misma base, motores y tecnologías. Incluso el puesto de mando es idéntico en esta pareja. Pero claro, ahora mismo una estética SUV puede llamar más que la de un utilitario.
Objetivamente puedo indicar que en cotas interiores son muy similares, con diferencias de apenas centímetros que no son definitorias a la hora de elegir uno u otro. Lo mismo se podría decir de la calidad de los materiales de ambos. El único punto divergente es el maletero, en donde el Kia Rio se conforma con 325 litros, por los 352 litros del Kia Stonic.
Luego nos quedaría el tema monetario, que podría ser bastante importante. Digo esto porque los equipamientos también son los mismos entre Kia Stonic y Kia Rio, pero nuestro protagonista siempre hace que la factura crezca 2.500 euros más.
Los rivales del Kia Stonic
Dado que el Kia Stonic no se separa mucho de los cuatro metros, para buscar entre sus rivales he tenido en cuenta que se movieran en una longitud parecida. Con esta premisa y con motores híbridos ligeros como el probado aquí solo existen el Hyundai Bayon y el Suzuki Vitara. El coreano está mejor por dentro, ofreciendo una mayor habitabilidad, con un tacto de conducción muy parecido ya que comparten la plataforma y motores. Respecto al japonés, también es más capaz, está mejor preparado para circular fuera del asfalto, pero tecnológicamente está un paso por detrás. En precio Kia desde 19.854 euros (1.200 euros más para ser GT Line), Hyundai por 22.570 euros (no lo hay manual) y Suzuki en 24.288 euros.
Ahora te propongo otras opciones que llegan a la etiqueta ECO por diferentes caminos. Un rival importante es el SEAT Arona, que gracias a su variante de GNC obtiene dicha distinción. Eso sí, con un motor menos potente y una gran dependencia del gas. Una fórmula parecida usa el SsangYong Tivoli, en este caso con GLP, y que ofrece un interior más capaz pero menos sofisticación. La última opción sería el Toyota Yaris Cross, que en su caso opta por la hibridación sin enchufe.
Con mecánicas de gasolina, diésel o incluso eléctrica tendrías también las siguientes opciones: