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Ferrari: Adam Driver y Penélope Cruz nos cuentan lo que no se ve de sus personajes

Ferrari es una biopic para fanático del automovilismo, pero también para quienes se interesan por los dramas familiares complicados, la brutalidad del mundo de los negocios y las historias en las que podemos ver a personas comunes y corrientes convirtiéndose en héroes, en este caso a bordo de una flota de coches en una intensa carrera de muchas horas por las carreteras y calles de Italia.

La película de Michael Mann no es una historia de origen, sino que nos lleva a un momento clave en la vida del legendario Enzo Ferrari, donde debía encontrar la manera de mantenerse relevante y a la cabeza, demostrando que nada ni nadie podría ganarle al poder de un Ferrari. El gran enemigo era Maserati y el campo de batalla era la famosa carrera de la Mille Miglia, donde Enzo y su equipo de pilotos buscaban salir vencedores.

Del otro lado, en lo personal, Enzo estaba lidiando todavía con la muerte de su hijo, con las consecuencias de la guerra, con una mala relación con su esposa Laura, interpretada por Penélope Cruz), quien además era dueña de la mitad de la compañía, y con la nueva familia que formó con Lina Lardi, una mujer a quien conoció en la guerra y que ahora era la madre de su único hijo (después de la muerte de Dino, su hijo con Laura).

Para construir este mundo de Enzo Ferrari en los años 50, Mann tenía que encontrar a los actores correctos, y eso lo hizo con Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley y con los actores que dan vida al resto del reparto, quienes sabían que tenían que sumergirse en las personalidades la oscuridad, los retos y las motivaciones de cada personaje para poder crear algo realista.

En honor al estreno de Ferrari en salas mexicanas, este 22 de febrero, platicamos con el cast sobre sus personajes, el maquillaje y hasta los espacios que habitaron.

Adam Driver sobre la personalidad de Enzo Ferrari

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Driver, quien ya había interpretado a un italiano en la película House of Gucci, fue el elegido para convertirse en un Enzo Ferrari en sus 50 años, decidido a darle nuevos éxitos a su compañía y a demostrar el poder de lo que había creado.

Sobre su personaje, Driver explica que, “por lo que tengo entendido, Enzo era muy metódico. Era increíblemente testarudo. Cuando se trataba de su vida con Lina, era diferente a su vida con Laura. Era el único lugar en el que se sentía como en casa. Con Laura, hay tanta familiaridad y tanto dolor e historia y también mucha lealtad, pero al mismo tiempo, era difícil encontrar amor allí”.

La idea era mostrar al empresario, al gigante de los coches y de los negocios, pero también al padre de familia, al hombre que lidiaba con la muerte de su hijo y con la posibilidad de un nuevo futuro de la mano de una mujer que no era su esposa, mostrando las luchas internas por las que pasó.

Adam Driver sobre el proceso de maquillaje

Para convertirse en Enzo Ferrari, Driver tuvo que transformarse, así que pasaba más de dos horas diarias en la silla de peinado y maquillaje, donde se convirtió en un hombre de 59 años y con una gran carga sobre sus hombros.

“El maquillaje cinematográfico hoy en día parece tan extremo que el intérprete, la persona que hay debajo, casi ni se distingue; a menudo falta una conexión emocional, y Michael no quería eso en absoluto”, señala Driver. “Es un proceso exhaustivo, pero fue útil para intentar encontrar el cansancio en Enzo. No es tan ágil en este momento de su vida, pero tampoco es débil ni mucho menos. Hay cierta pesadez, creo. Tuve un fuerte impulso al respecto desde el primer día. Era alguien que había crecido en una fábrica, y me imaginaba que se encorvaba cuando subía a los autos. Es alguien que utiliza su masa y su tamaño, que no tiene que moverse mucho para los demás”.

Penélope Cruz sobre interpretar a Laura Ferrari

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El papel de Laura Ferrari fue para Penélope Cruz, a quien le tocó interpretar a una mujer llena de dolor, pero también fuerte, decidida y determinada, quien había construido la compañía junto a su esposo y ahora se enfrentaba a la posibilidad de perderlo todo.

“Si bien en la película no se muestra, Laura solía dormir cerca de los neumáticos en las carreras, para asegurarse de que nadie robara nada”, cuenta Cruz. “Ella era muy, muy importante para la compañía y lo sabía, y siento que Michael está rindiendo un hermoso homenaje a todas las mujeres que tuvieron roles similares. En muchos lugares del mundo, la situación no ha cambiado mucho, mujeres que trabajan en la sombra, que no son reconocidas por su labor, no son valoradas”.

Además, Cruz tuvo que usar zapatos ortopédicos para lograr el aspecto físico de Laura, y a ella la vemos durante gran parte de la película en un departamento que recrea el hogar real que compartió con Enzo, y al que se sumó un detalle de papel tapiz que, de acuerdo con la actriz, es un reflejo también de lo que le pasaba internamente,

“Esa habitación me pareció muy pesada, y sentí que la elección de ese estampado la haría alguien que estuviera sufriendo un dolor mental”, explica Cruz. “Nunca escuché por qué ella lo eligió, o quizá fue Enzo. Pero la energía era muy intensa, y los dos nos preguntábamos: ‘¿Qué sugiere este empapelado? ¿Qué pasa con él?’ Era muy poderoso, y respondió interrogantes que no necesitamos poner en palabras”.

Patrick Dempsey y Jack O’Connell sobre interpretar a pilotos legendarios

Y esta película no es solo sobre Enzo y su relación con Laura y Lina, también es un tributo a los pilotos que fueron parte del equipo Ferrari y que ayudaron a Enzo a conseguir una victoria legendaria.

Patrick Dempsey interpreta a Piero Taruffi, y sobre él cuenta que: “Taruffi sobrevivió a su vida en las carreras”, afirma Dempsey. “Creo que por eso no es tan conocido como otros pilotos. Tenía 50 años cuando ganó la Mille Miglia y se retiró después de esa carrera. Si bien no era el piloto más rápido, era el más constante y el más sabio en cuanto a su conocimiento sobre lo que tenía que hacer para cuidar el equipo y ganar la carrera”.

Por otro lado, tenemos a Jack O’Connell como Peter Colins, a quien logró crear al adentrarse en las posibles motivaciones que lo llevaban a correr. “En gran parte, se trataba de entender qué les daba a los pilotos su mentalidad única. La cantidad de conducción que hacíamos en cámara era sumamente inferior a la que hacíamos fuera de cámara. Pero todo giraba en torno a lo motorizado que te sientes y lo mecánico que acaba sintiendo tu cerebro. Eso fue muy útil, porque obviamente, cuando estás al volante, te concentras sólo en eso”, explica el actor.

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