El nuevo VW T-Cross llega con un equipamiento en clave de tecnología, revestimientos de mayor sensación de calidad y la continuidad en una gama siempre de gasolina que va de los 95 a los 150 CV.
Como si del paso por una clínica de rejuvenecimiento se tratase y para ofrecer un T-Cross puntero en cuanto a tecnología de uso y con una percepción de calidad muy mejorada, en Volkswagen han apostado por actualizar su SUV más pequeño manteniendo base y elementos motopropulsores y modificando esos aspectos como instrumentación, pantalla multifunción, climatización, etc que ya empezaban a acusar el paso del tiempo…o cómo la avalancha de nuevos rivales parecía haberle echado un puñado de años encima.
Así pues, el Volkswagen T-Cross mantiene inalteradas algunas de sus señas de identidad. Sigue siendo fabricado en exclusiva en la planta navarra de Landaben y sigue luciendo todos los criterios de funcionalidad que mantenía, como la regulación del asiento trasero en 14 cm, la posibilidad de abatir el asiento del acompañante para formar una superficie enrasada con los asientos de prácticamente 2,4 m de longitud. Le acompaña con un maletero de 385 litros de capacidad, con doble fondo y espacio suficiente para una rueda de repuesto de tamaño convencional, que en su configuración más capaz sube hasta los 455 l.
La parrilla, con la tira de iluminación led es una de las señas de identidad del renovado Volkswagen T-Cross
Sus novedades comienzan en los paragolpes —más prominentes—, parrilla delantera y grupos ópticos, lo que hace aumentar su longitud total en 27 mm (4,135 mm) si bien su distancia entre ejes sigue siendo inalterada. Estrenan tecnología de iluminación, llevando la iluminación matricial iQ.Light a una categoría donde aún son escasas. Además de las ventajas en cuanto a circular con la iluminación de carretera en todo momento , silueteando los coches que nos encontremos para evitar deslumbrarlos, también permite esa tira continua iluminada que recorre todo el frontal uniendo ambos grupos ópticos. Al margen, es nueva la instrumentación, digital a partir de ahora en toda la gama, si bien los niveles básicos ofrecen la de 8” por 10 la R-Line, y la pantalla central, de hasta 9,2” pulgadas, de mayor resolución visibilidad bajo diferentes ángulos y reflejos de luz e incorpora conectividad inalámbrica.
La gama de motores del Volkswagen T-Cross
Todos los T-Cross llevan instrumentación digital, los R-Line de 10″
El equipamiento del Volkswagen T-Cross
La actual gama T-Cross está compuesta por cuatro acabados comerciales. El nivel de acceso se da sólo con la variante de 95 CV y por encima comienzan los interesantes, con el Life en primer lugar (2.000 euros más caro a igualdad de motor), en la que también aparece la versión de 115 CV, con cambio manual de seis marchas (con un sobreprecio de 800 euros respecto del 95 CV) y la opción del DSG. Por encima se sitúa la como nivel intermedio la versión Más, con ambas propuestas del motor 1.0 y rematando la gama en los atractivos R-Line.
La nueva iluminación matricial iQ.Light mejora notablemente la seguridad en la conducción.
Por equipamiento, las versiones Life empiezan a ser ya interesantes al incorporar el control de crucero ACC y el Travel Assist, climatizador automático, los retrovisores térmicos ajustables eléctricamente y plegables y la conectividad inalámbrica, entre otras. Determinados paquetes opcionales podrían complementar la dotación de serie en clave de confort de uso y una vuelta de tuerca en seguridad al poder acceder selectivamente a buena parte de lo que equipan los R-Line. Aunque también los amantes de lo funcional han sido tenidos en cuenta al ofrecer elementos como los neumáticos cuatro estaciones o el enganche de remolque —ampliada su capacidad de carga vertical sobre el punto de 55 a 75 kg—. Se consigue así un producto muy redondo capaz de competir con ventaja, salvo en precio, con rivales como el Kia Stonic, Renault Captur o Jeep Avenger, entre otros.