La administración de Biden llegó a un acuerdo para garantizar que los vehículos eléctricos que no sean de la marca Tesla puedan cargar combustible en algunas estaciones de carga de esa empresa.
Tesla acordó desplegar al menos 7.500 centros de carga en todo el país para vehículos eléctricos que no sean de la compañía hacia fines de 2024, según una hoja informativa divulgada por la Casa Blanca que presenta sus últimos esfuerzos para agregar 500.000 cargadores de ese tipo de automóviles para 2030.
El gobierno ha tenido con frecuencia relaciones espinosas con Musk, pero funcionarios de la administración de Biden sostuvieron el martes que el multimillonario había respondido cuando contactaron a los principales actores de la producción de vehículos eléctricos para extender la red de carga.
Actualmente, los propietarios de Tesla pueden comprar un adaptador para cargar sus vehículos en estaciones EV que no sean de Tesla, pero otras marcas no pueden hacer lo mismo en la red de la empresa propiedad de Musk.
Se considera que la red de “supercargadores” de Tesla constituye una ventaja sobre la que están construyendo otras compañías.
El cambio de Tesla para permitir la carga de otras marcas con un adaptador facilita a la compañía de Musk calificar para subsidios otorgados por el gobierno federal, según indicaron el martes funcionarios de la administración Biden.
La actualización de la política de la administración Biden también citó compromisos de carga de otras empresas líderes, incluida una sociedad conjunta entre Hertz y BP e iniciativas de General Motors, ChargePoint y otras.
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