Hay coches vendidos en subasta que nunca se conducirán porque se exponen inmediatamente. Hay otros, como el Lamborghini Countach de El Lobo de Wall Street, que no se conducen porque no se puede, directamente. Y es que para los pocos seres humanos que no hayan visto la comedia negra de Martin Scorsese sobre los excesos y la avaricia de los brókers de Wall Street en los años 80, existe cierta escena en la que se encuentran implicados Leonardo DiCaprio, varias sustancias ilícitas y el vehículo mencionado.
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Hablamos como no, de la ya icónica secuencia en la que Jordan Belfort (financiero real del mismo nombre al que DiCaprio interpreta en el film) se esfuerza por abrir una de las famosas puertas tijeras del Lambo mientras sufre una parálisis provocada por la ingesta de Quaaludes caducados. La tronchante escena continúa con un Belfort totalmente enajenado conduciendo desde un club de campo hacia su casa, cometiendo toda clase de escandalosas imprudencias en el proceso y que desemboca en la destrucción casi total del coche.
El supercoche que acompañó a DiCaprio durante 3 minutos y 11 segundos de la cinta se encuentra acabado en Bianco Polo sobre un interior de cuero Bianco y es uno de los únicos 658 ejemplares construidos por la marca italiana, razón de más para que los más fanáticos quieran uno, aunque esté para el desguace (o precisamente por eso). Posee unos parachoques de “absorción de energía” exigidos por el Departamento de Transporte de EE.UU especialmente pensados para el rodaje, así como un V-12 de 5,2 litros en el motor. Motor algo desaprovechado tal vez, pero que aún así podía alcanzar una potencia de hasta 335 kW/700 Nm.
Sin duda, un símbolo de opulencia y exceso además de un detalle fiel a la época y al fastuoso libertinaje que se refleja en El Lobo de Wall Street, que ha mantenido su estado “accidentado” intacto desde el rodaje en 2013. El Lamborghini formó parte de un paquete que incluye un vestuario original del reparto y atrezzo firmado, un disfraz de Jordan Belfort, una silla de director y una claqueta firmadas por Scorsese, DiCaprio y Margot Robbie, dos sudaderas con capucha del equipo y dos DVD de la película, junto con todos los certificados de autenticidad correspondientes.
Todavía no se ha hecho público el precio por el han sido vendidas todas estas piezas de coleccionismo pero Bonham’s estimaba que oscilaría entre los 1,5 y 2 millones de dólares. Desde luego parece mucho dinero para un coche que no se puede conducir. Además lamentamos comunicar que llegas tarde para hacerte con su hermano más agraciado. Una versión no accidentada y completamente funcional del Countach, que corresponde a un modelo de reserva fue vendido a un precio similar por Sotheby’s la semana pasada en Nueva York. Eso sí, sin Quaaludes.
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