Que el diseño de coches es una manifestación artística resulta una evidencia para cualquier amante del motor. Desde 1975 la firma alemana BMW ha ido, incluso, más allá con su icónica colección Art Cars: modelos emblemáticos de su catálogo que ha ido ofreciendo a lo largo de los años a artistas muy relevantes como un lienzo para plasmar su obra.
En estas casi cinco décadas han creado sus propios Art Cars Alexander Calder (BMW 3.0 CSL, en 1975), Frank Stella (BMW 3.0 CSL, en 1976), Roy Lichtenstein (BMW 320 Group 5, en 1977), Andy Warhol (BMW M1 Group 4, en 1979), Robert Rauschenberg (BMW 635 CSi, en 1986), César Manrique (BMW 730 i, en 1990), David Hockney (BMW 850 CSi, en 1995), Jeff Koons (BMW M3 GT2, en 2010 o John Baldessari (BMW M6 GTLM, en 2016), por poner solo algunos ejemplos.
No resulta fácil de explicar sin verlo, pero lo vamos a intentar: en el BMW i5 Flow NOSTOKANA (bautizado con ese nombre en honor al primer hijo de Mahlangu) se aplican secciones de película que se pueden animar electrónicamente, con dos tiras en el techo, el capó y la parte trasera, así como en los laterales del vehículo. Al igual que un lector de libros electrónicos, cada película de E Ink contiene varios millones de microcápsulas. La estructura y disposición de las partículas de color que contienen se pueden cambiar aplicando un voltaje eléctrico. Esto permite generar los colores y patrones típicos del arte de Mahlangu en composiciones en constante cambio.
Rizando el rizo todavía más, las animaciones van acompañadas de un sonido envolvente, compuesto especialmente por Renzo Vitale, director creativo de sonido de BMW. Para combinar el paisaje sonoro de la marca con el de la cultura ndebele sudafricana, Vitale ha utilizado secuencias de Mahlangu: tanto su voz como el sonido de los pinceles de plumas que usa para pintar. Estos se han combinado con los sonidos producidos por los lápices de colores empleados en el estudio de diseño de BMW y la señal acústica que se escucha como respuesta al operar la pantalla táctil del BMW i5. Se crea así una mezcla de sonido que comienza suavemente al comienzo de cada cambio de color y aumenta en intensidad a medida que avanza la animación.
Para recrear con precisión cada detalle de la compleja ornamentación, el BMW i5 Flow NOSTOKANA ha sido equipado con 1.349 secciones de película, cada una de las cuales puede controlarse individualmente. El proceso de corte por láser utilizado para recortar la película y el diseño del control electrónico se han desarrollado en colaboración con E Ink. La adaptación de la tecnología a superficies curvas, así como las animaciones programadas, son desarrollos internos del Grupo BMW.
Mahlangu, es absolutamente surrealista”. Por su parte, la artista sudafricana comenta: “Es fascinante para mí ver cómo la tecnología puede expandir mi arte y hacerlo accesible a una audiencia completamente nueva”.
El nuevo BMW i5 Flow NOSTOKANA (izquierda), presentado el pasado jueves en la ferie Frieze de Los Angeles, junto al BMW 525 i de 1995, ambos con diseños de Esther Mahlangu.
La tecnología de cambio de color sobre la superficie de los coches se está desarrollando a una velocidad vertiginosa: El BMW iX Flow con E Ink presentado en 2022 tenía la capacidad de cambiar de blanco a negro con solo presionar un botón. A esto le siguió, apenas un año después, la primera implementación multicolor. Las 240 secciones de película aplicadas al BMW i Vision Dee pudieron mostrar hasta 32 colores. Esta última fase de desarrollo actual permite aún más colores y patrones. Al mismo tiempo, las secciones de la película son más sólidas, lo que podría facilitar la futura producción de series. Sin embargo, por el momento, el BMW i5 Flow NOSTOKANA seguirá siendo único en su especie y un objeto de museo, como las otras obras de arte que forman la colección Art Cars de BMW.
