ARCHIVO – Esta fotografía muestra la pirámide de Kukulcán en el sitio arqueológico de Chichén Itzá, el sábado 24 de octubre de 2020, en la península de Yucatán, México. (AP Foto/Tomás Stargardter, archivo) (Tomas Stargardter / Associated Press)
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Cientos de vendedores de artesanías del sur de México bloquearon el tránsito el miércoles en las carreteras de acceso a las ruinas mayas de Chichén Itzá por tercer día seguido.
“Prohíbe a los artesanos allá que hablen maya”, dijo Arturo Ciau Puc, activista de un grupo agrícola local conocido como CIOAC. “El hecho de que seamos indígenas no quiere decir que nos traten de una forma de ciudadanos de segunda”.
En algunos de los bloqueos, manifestantes sostenían letreros con la frase: “No más acoso a los artesanos”.
Los vendedores montaron las líneas de protesta el lunes por la noche con el fin de exigir un mayor acceso al complejo para vender sus productos, luego de que los guardias de seguridad aparentemente echaron a algunos de ellos del sitio.
Diego Prieto, el director del INAH, dijo el miércoles que los vendedores son “invasivos” y “quieren vender mercancía china frente a las pirámides”. Se refería a la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo, que a menudo es considerada la pieza central del complejo arqueológico.
Ciau Puc comentó que los manifestantes exigían que se reemplazara al director de la zona arqueológica, acusándolo de ser arrogante. Los locales también están molestos por reportes de que turistas extranjeros adinerados pueden ingresar a las ruinas en la noche, o incluso les permiten subir a la pirámide, algo que se supone está prohibido con el fin de protegerla.
En un comunicado, el INAH dijo que había tratado de poner bajo control a los vendedores “para asegurar el buen funcionamiento de la zona en beneficio del público visitante, particularmente en lo que respecta a la regulación del comercio informal que ha invadido el área”.
Chichén Itzá es reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad y es el sitio arqueológico más visitado de México, con unas 2,5 millones de personas al año.
La disputa puso de manifiesto los problemas que enfrentan los mayas de hoy en día, la mayoría de los cuales viven en situación de pobreza, en una región donde el turismo celebra el trabajo de sus antepasados, pero a ellos los ignora.
“Al fin y al cabo, es gracias a nosotros o a nuestros antepasados que existen estas zonas arqueológicas”, señaló Ciau Puc.
Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.