Cuando la superficie no está mojada, la tracción trasera hace que el peso y la aceleración sean más equilibrados.
La la tracción trasera es el sistema es el más utilizado debido a que ofrece menos pérdidas mecánicas, se puede aprovechar mejor el espacio en el habitáculo debido a su configuración bajo el cofre y sus costos de mantenimiento son más bajos debido a que este sistema requiere menos componentes para su operación, sin embargo, no es el único que se utiliza, de modo que ahora toca el turno de conocer más a fondo el mecanismo que se encarga de impulsar un vehículo movilizando el eje trasero.
EN QUÉ CONSISTE LA TRACCIÓN TRASERA
Como su nombre lo indica, la tracción trasera o RWD (Rear Wheel Drive) se define como aquel sistema en el que la transmisión del movimiento o fuerza del motor se realiza sobre el eje trasero, esto a través de la caja de cambios, el eje de transmisión o cardán, diferencial y los semiejes o flechas traseras.
Este sistema de propulsión es considerado el más antiguo de la historia del automóvil. De hecho, fue el primero que se usó en los vehículos autopropulsados de más de dos ruedas. Su éxito se basó en su sencillez y en la necesidad de reservar el eje delantero para instalar la dirección, sin embargo, fue perdiendo popularidad en la década de los 70, cuando el desarrollo de la tracción delantera cobró más auge, dejando a la propulsión trasera como una opción minoritaria para vehículos de alta gama y grandes deportivos.
Una segunda aplicación tiene que ver con los vehículos de carga, así como en las versiones de entrada de pick ups como la Ford Lobo o SUVs grandes como la Dodge Durango o la Chevrolet Suburban, pues el peso que trasladan se concentra en la zona trasera, lo que mejora la adherencia, sobre todo en pendientes pronunciadas, esto debido a la transferencia de pesos que se genera por las fuerzas de inercia al acelerar.
Sin embargo, la tracción trasera no requiere estrictamente que el motor esté colocado al frente del coche, pues modelos como el Porsche 911, el Corvette C8 y en su momento el Volkswagen Sedán, mejor conocido en nuestro país como Vocho, equipan el propulsor en la parte trasera, aprovechando los mismos principios de la tracción delantera, es decir, que todo está empaquetado en una sola unidad de potencia que incluye el motor, embrague, transmisión, diferencial y flechas de las ruedas, lo que se traduce en mínimas pérdidas mecánicas y un mejor aprovechamiento del compartimiento del motor.
Entre las principales ventajas de la tracción trasera destacan un menor diámetro de giro del vehículo, cuando se acelera se fuerza el eje trasero, con lo que se consigue una mejor tracción; el reparto del peso entre los ejes es mejor y como consecuencia el coche tendrá una mayor estabilidad.
Por otro lado, al tener menos peso en el eje delantero se necesita una menor ayuda de la dirección asistida y también se reparte mejor el esfuerzo de los neumáticos al dividirse las funciones entre los ejes, lo que significa que mientras el delantero lleva la dirección, el eje trasero lleva la transmisión.
Además, el coche con tracción trasera es perfecto para llevar carga y permite disfrutar de una conducción deportiva. Si bien este sistema está pensado para conductores más técnicos, en la actualidad el desarrollo de las asistencias a la conducción, han hecho de la tracción trasera un mecanismo más fácil de controlar.
Recordemos que las ruedas traseras suelen patinar hacia el exterior de la curva, aumentando el radio de giro del eje posterior, sobre todo cuando se pierde la tracción debido a condiciones adversas, pues resulta más difícil recuperar el control del vehículo, sin embargo, existe la posibilidad de desconectar las asistencias para disfrutar de un manejo mucho más divertido en un circuito.
