BUENOS AIRES (AP) — Las colas de malhumorados automovilistas en las estaciones de servicio de varias ciudades argentinas continuaban el lunes a causa de la escasez de combustible que ha llevado al ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa a poner un plazo a las petroleras para que normalicen la situación.
Los automovilistas esperaban varias horas para cargar los tanques de sus vehículos en gasolineras que los abastecían por cupos. El problema se produce desde hace varias semanas en ciudades del norte y sur del país y hace seis días en Buenos Aires.
El ministro acusó a las empresas de haber recortado el suministro para presionar por un incremento de precios ante el temor de una devaluación después de la primera vuelta electoral del 22 de octubre.
En esos comicios Massa, de Unión por la Patria, quedó primero con más de 36% de apoyo, seguido del ultraderechista Javier Milei, de La Libertad Avanza, rozando el 30%, lo que obliga a ambos a medirse en un balotaje el 19 de noviembre.
Milei, por su parte, aseguró que la escasez es “una postal por adelantado de lo que sería una eventual presidencia” de Massa. “Es lo mismo que (el presidente Nicolás ) Maduro en Venezuela, y quiere arreglarlo a garrotazos”.
El exsecretario de Energía Jorge Lapeña cuestionó en su cuenta de X, ante Twitter, que la clase política argentina considere al país sudamericano como “un proveedor confiable para el mundo de hidrocarburos en gran escala”.
El gobierno y las petroleras acordaron la importación de 10 barcos con combustible y poner fin a las paradas técnicas por un corto tiempo para aumentar la capacidad de refinamiento.
Algunas petroleras afirmaron el sábado que el abastecimiento se irá normalizando en los próximos días y apuntaron que hubo niveles extraordinarios de demanda, especialmente en los últimos 15 días, por un fin de semana largo y las elecciones, “donde se produce un pico de movilidad de personas”.
También influyeron “el inicio de la siembra agrícola, una dependencia mayor a la habitual de importaciones de combustibles por paradas programadas en algunas refinerías” y una excesiva demanda generada por ”una expectativa de desabastecimiento”.
La secretaria de Energía, Flavia Royon, señaló a su vez que en medio de la campaña electoral “había un ruido de una devaluación y aumento de precios que hizo que quien podía fuera a cargar combustible”.
