Entre la historia del panorama automotriz de México, un nombre resuena con particularidad entre los conocedores de los autos e incluso entre los que no entienden mucho del tema y este es el Tsuru. Un icónico automóvil, parte fundamental de la historia de Nissan que con los años se convirtió en un símbolo de movilidad y en un elemento arraigado en la cultura automotriz nacional.
La llegada de Nissan a México se dio en la década de 1950, marcó el comienzo de un éxito al ser fundada como Nissan Mexicana, S.A. de C.V. en 1961. La compañía estableció su primera planta de producción en Cuernavaca en 1966 donde se inició la manufactura del Datsun Sedán Bluebird, el precursor de lo que se convertiría en el legendario Tsuru.
El significado del nombre
El primer Tsuru tuvo origen el año de 1984, un Nissan Sentra que llegó a sustituir al Datsun 160J, según explica la asociación civil El Poder del Consumidor. Nissan asegura que esta fue la primera generación del Tsuru, de la cual hubo una producción de 210 mil 565 autos.
Historia del auto
Con el paso de los años, el Tsuru experimentó diversas transformaciones. Desde su segunda generación en 1987, caracterizada por un diseño más robusto, hasta la tercera generación en 1992, que adoptó una estética más redondeada acorde a la época, el Tsuru continuó conquistando a México sobre todo por su economía.
Pero, ni la primera generación ni esta lograban ganar el lugar como el auto más vendido en el país, sino que competían con el Sedán de VW. A pesar de ello su aceptación era indudable y de esta segunda tanda se produjeron 343 mil 263 ejemplares.
El Final de una Era: La Despedida del Tsuru
A pesar de su éxito, el Tsuru enfrentó su inevitable despedida. En mayo de 2017, Nissan anunció el cese de la producción de este modelo y aunque la decisión no fue explicada oficialmente, estuvo vinculada a la introducción de la NOM-194, una normativa que requería dispositivos de seguridad como bolsas de aire y frenos ABS en los vehículos nuevos.
Con dichas condiciones, el Tsuru estaba siendo considerado como uno de los modelos menos seguros según el Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe, ya que no estaba cumpliendo con los estándares mínimos.
A pesar de su retiro, el Tsuru dejó una marca indeleble en la historia automotriz de México. Con más de tres décadas de presencia en las carreteras mexicanas y una producción que superó los 2.4 millones de unidades, este automóvil seguirá siendo recordado como un ícono de la movilidad en el país.
