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El peligro de llevar una botella de agua en el coche: desde ser multado por beber al volante a causar un incendio

Las altas temperaturas propias del verano obligan a los conductores a tomar medidas para prevenir los efectos del calor al volante. Programar el climatizador para obtener una temperatura de confort en el habitáculo, que la DGT sitúa en torno a los 21-23 grados, es una de las premisas más recomendadas para asegurar la seguridad en la conducción. En los días más calurosos también es recomendable vestir ropa cómoda y liviana para facilitar la transpiración, lo mismo que planificar los desplazamientos en las horas más frescas para evitar las horas de mayor radiación solar.

Más allá de tener en cuenta estas consideraciones muchos conductores suelen tener a mano una botella de agua para hidratarse durante el viaje. Sin embargo, conviene recordar que, a pesar de ser una práctica muy común, llevar una botella suelta en el habitáculo representa un riesgo potencial. En caso de una maniobra brusca o un accidente, estas botellas pueden convertirse en objetos peligrosos que pongan en peligro la vida de los ocupantes y del resto de usuarios de la vía.

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El efecto elefante

La DGT hace referencia al efecto elefante para describir las repercusiones que surgen cuando un pasajero que viaja en los asientos traseros no usa el cinturón y sale disparado hacia adelante a causa de un frenazo o un accidente. Esta misma situación puede aplicarse a todo tipo de objetos sueltos en el habitáculo. Sin ir más lejos, una botella de agua, que también puede convertirse en un proyectil ante una maniobra brusca.

En verano es habitual que muchos conductores se aprovisionen de una botella de agua para hidratarse sin tener en cuenta el peligro que conlleva

Explica Tráfico que, en movimiento, un objeto puede multiplicar entre 55 y 60 veces el valor de su masa. Esto significa que, ante un frenazo brusco a 60 km/h, una botella de un kilogramo de peso tendría una fuerza equivalente a 60 kilogramos. Para evitar esta situación de peligro, se recomienda llevar los envases de agua en compartimentos, posavasos o en la guantera del coche para evitar que se desplacen.

Atasco de los pedales

Al asegurar las botellas de agua que transportamos en el coche también conseguiremos evitar la posibilidad de que caigan en la zona donde el conductor pone los pies. En el peor de los casos se podrían colar debajo del pedalier y bloquear el pedal del embrague, el freno o el acelerador, lo que podría causar un siniestro al interferir con la conducción.

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Los objetos que llevamos sueltos en el coche pueden caer junto a los pedales e interferir en su funcionamiento

Multa por beber agua al volante

Siempre es recomendable detenerse en un lugar seguro para beber agua o realizar cualquier otra acción que pueda distraerte de la conducción. Pese a ello, es muy habitual ver a conductores bebiendo o comiendo al volante, una acción que, aunque no esté tipificada en reglamento de circulación, puede ser sancionable cuando el agente considera que se pone en peligro la seguridad vial.

El plástico también tiene capacidad para conseguir el efecto lupa como ocurre con el cristal

De hecho, la persona que bebe o come mientras conduce libera una mano del volante para llevar a cabo la acción y podría estar vulnerando el artículo 18.1 del código de circulación, que determina que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos”.

Riesgo de incendio

Por improbable que pueda parecer, dejar una botella llena de agua en el habitáculo del coche aparcado durante horas bajo el sol puede causar un incendio. Cuando el efecto lupa que se genera cuando la luz del sol se enfoca a través de una lente o superficie transparente se concentra en un punto, generando calor, puede desencadenar una combustión.

“Aunque mucha gente tiene la creencia de que el efecto lupa únicamente se produce a través del cristal también se consigue por medio del plástico. De hecho, muchas lupas comerciales son de plástico”, comenta Xavier Giménez, profesor de Química Ambiental de la Universitat de Barcelona (UB).

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Una botella de agua, aunque sea de plástico, puede desencadenar el efecto lupa

“El efecto lupa se consigue a través de una lente convexa, que amplifica los objetos por un lado y concentra los rayos por el otro. El agua que contiene una botella, ya sea de plástico o de vidrio, ayuda a crear la convexidad, por lo que se incrementa el efecto lupa y el riesgo de causar un incendio”, añade Giménez.

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“Si el punto focal de la botella se concentra sobre materia orgánica seca puede provocar un incendio, independientemente de que recipiente sea de plástico o de cristal como decía anteriormente”, concluye el profesor universitario.

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