- Luces para ver
- Luz de cruce (corta)
- Luz de carretera (larga)
- Antiniebla delantera
- Luces para ser vistos
- Marcha atrás
- Posición
- Antiniebla trasera
Las luces no solo nos despejan el camino, también avisan a los demás de qué lugar ocupamos en él. Pero poner las luces es más que girar el mando del alumbrado: a cada circunstancia corresponde un tipo de alumbrado. El conductor debe saber cómo interpretar las circunstancias, adecuar la velocidad y escoger el alumbrado en función de cada momento.
En cualquier caso, un alumbrado adecuado y en perfectas condiciones es imprescindible, ya que las luces del coche son decisivas en emergencias, inmovilizaciones en vías mal iluminadas, circulando por carreteras reviradas o dentro de un túnel.
Por ello, es crucial contar con un correcto alumbrado en cada momento, revisar todos los componentes de iluminación del vehículo (sin olvidar luces traseras, de freno, marcha atrás y antiniebla) y comprobar el reglaje de los faros (sobre todo si va el coche cargado, ya que es más posible deslumbrar). Y si de pronto alguien te deslumbra, disminuye la velocidad de forma progresiva hasta incluso detenerte si fuera necesario.
Luces para ver
Luz de cruce (corta)
Se usan de noche, siempre, en todas las vías y de día, en todas las vías con niebla, mucha lluvia, nevada o nubes de polvo o humo. Por supuesto, en todo momento en túneles, carriles reversibles, adicionales y habilitados para circular en sentido contrario.
No es obligatorio, pero sí aconsejable, circular con las luces de cruce encendidas durante el día ya que los vehículos se distinguen mejor. Por cierto, las luces de conducción diurna que equipan algunos vehículos no sustituyen al alumbrado de corto alcance.
Luz de carretera (larga)
Debe cambiarse a la luz de cruce si deslumbra a peatones y a otros conductores de frente o por los retrovisores. No debe utilizarse en poblado. En autovías y autopistas también hay que cambiarlas por las cortas siempre que venga otro vehículo de frente, incluso aunque haya una mediana.
Antiniebla delantera
En algunas circunstancias, la iluminación principal (cruce y carretera) es insuficiente y es necesario ‘añadir’ otras luces. Las luces antiniebla son refuerzos luminosos cuando la visibilidad disminuye a causa de la lluvia intensa, nevada o niebla espesa o nubes densas de humo o polvo.
Se trata de una luz potente, baja y ancha, útil para seguir las líneas del borde de la calzada. Puede utilizarse aislada o junto con las de corto y largo alcance. No se debe encender en cuanto llueve un poco porque puede molestar. No es obligatoria y no la equipan todos los vehículos, aunque resulta útil en vías estrechas con curvas sucesivas señalizadas, por su mayor alcance lateral.
Luces para ser vistos
Marcha atrás
Su función es advertir a los conductores y los peatones de que el coche circula hacia atrás. Además, también Ilumina la parte trasera del vehículo a la hora de realizar maniobras, lo que resulta muy útil de noche o al estacionar en aparcamientos subterráneos.
Posición
Estas luces acompañan siempre a las luces cortas, largas y antiniebla e indican la posición y anchura del vehículo.
Si inmoviliza su vehículo en la calzada o en el arcén de una carretera, debe encender las luces de posición para hacerlo visible. Eso sí, nunca circules solamente con las luces de posición, no iluminan.
Antiniebla trasera
Son una o dos luces rojas, más intensas que las de posición, situadas detrás para evitar alcances. Su uso es obligatorio para todos los vehículos (salvo motocicletas), para señalizar su situación cuando hay niebla espesa, lluvia o nevada intensa, o nubes de humo o polvo densas.
Solamente se debe encender en condiciones especialmente desfavorables con niebla densa, lluvia o nevada intensa, ya que mal empleada, es molesta y deslumbra a los conductores que van detrás.
Fuentes: DGT, Hella
[NOTA: Artículo publicado originalmente el 8/8/2019, actualizado, corregido y ampliado]