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Esto es algo evidente pero que no siempre se tiene en cuenta, y es que, con la aparición de infinidad de portales web dedicados a la compra-venta de todo tipo de objetos destinados a dar salida a productos de segunda mano que ya no necesita.
Esto puede ser un verdadero riesgo cuando nos referimos a productos de vital importancia, como pueden ser las sillas para bebés, pensadas para absorber toda la fuerza de un hipotético impacto y minimizar en la medida de lo posible un choque tanto frontal como trasero.
Por ello aconsejan que salvo que se trate de una silla de un familiar o conocido, de la cual se pueda saber la vida que ha tenido, se abstengan de adquirirlas por medio de estas opciones.
Nueva normativa (R129) desde septiembre
En el caso de que ya la haya adquirido de segunda mano, el estado de la silla se puede comprobar de distintas formas. En primer lugar, habrá que mirar el estado de los cinturones y cerciorarse de que no estén desgastados, además de mirar que no tenga desperfectos por debajo ni en los laterales. Para ello es recomendable que se retire la funda para comprobarlo.
Este nuevo reglamento R129 es mucho más exigente que el reglamento hasta ahora vigente, el R44. Para que la silla pueda ser homologada tendrá que resistir a un impacto frontal de 50 km/h y otro trasero de 30 km/h.