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Y es que los coches también sufren los estragos de la bajada de los termómetros, más concretamente aquellos que “duermen” o están largas horas a la intemperie. Ante ello, es frecuente que aparezca hielo en el parabrisas.
En contra de lo que se puede pensar, para quitarlo sin rayar el cristal, una muy mala opción es echar agua caliente. El contraste y el cambio brusco de temperatura puede facilitar la rotura. Así, una buena opción es usar un producto descongelador de los muchos que se encuentran en el mercado o rascar el hielo con una espátula, con cuidado.
La Guardia Civil da con la clave
En un botella, se introduce una parte de agua y dos de alcohol y se rocía el líquido sobre el parabrisas o cualquier otra parte con cristal. Lo normal es que el hielo desaparezca rápidamente sin que ningún elemento del vehículo se vea dañado.