Desde hace un tiempo, la DGT viene empleando diversas técnicas y todo tipo de radares para tratar de multar a todos aquellos que exceden los límites de velocidad.
Radares fijos, móviles, de tramo, los nuevos Velólaser o radares “invisibles”, helicópteros Pegasus, drones, furgonetas y otros vehículos camuflados… en las carreteras españolas el arsenal tecnológico del que dispone la DGT para controlar las infracciones es de lo más amplio y variopinto.
Hay que recordar que la propia DGT facilita a todos los conductores a través de su página web una base de datos oficial con la ubicación de todos los radares fijos que hay colocados en las carreteras españolas. Es muy raro que ningún conductor a día de hoy no disponga ya de un avisador legal de radares, una función que de hecho también ya está implantada en uno de los sistemas de navegación gratuitos más usados en nuestro país como es Google Maps.
Sin embargo, la DGT ha venido observando en los últimos tiempos una práctica muy común entre un buen número de conductores cuando se acercan con sus vehículos al punto de control de velocidad a través de un radar fijo. Dichos conductores dejan de acelerar e incluso frenan bruscamente ante la presencia de un radar, para posteriormente volver a acelerar y circular por encima de los límites de velocidad.
Los radares en cascada funcionan del siguiente modo: tras atravesar el primer punto de control de velocidad con radar fijo (ubicación que todos los conductores pueden conocer), inmediatamente después se suele colocar un radar móvil, ya sea de tipo trípode en los aledaños de la carretera o en el interior de un vehículo camuflado de la Guardia Civil o de algún otro vehículo patrulla (ya sea de la propia Benemérita o de las diferentes policías autonómicas, según el territorio donde se esté circulando).
Con la colocación de dos tipos diferentes de radares separados entre sí unos cuantos metros, lo que se pretende es perseguir a esos conductores que de forma habitual circulan la mayor parte del tiempo excediendo los límites de velocidad.
En conclusión: el mejor método para evitar las multas de estos radares en cascada (o radares trampa) es circular siempre respetando los límites de velocidad. De forma paralela, también se evitarían esos peligrosos frenazos que se suelen apreciar en muchas vías de nuestro país (ya sean autopistas, autovías o carreteras convencionales) ante la presencia de un radar fijo.
