Zandvoort ha dejado huella. Y menos mal que enseguida llega Monza para pasar página rápidamente, con la esperanza de que el GP de Italia vuelva a presentar un Ferrari decente ante el público del Cavallino. La cita del Gran Premio de Holanda no ha sido indoloro porque han aflorado algunos nudos que la Scuderia no consigue desenredar: el SF-23 es un mal coche y esto desde luego no es noticia porque a estas alturas lo saben hasta las paredes de la Dirección Deportiva, pero ni siquiera es un coche para tirar a la basura si, en determinadas situaciones, consigue plantar cara al Red Bull RB19 de Max Verstappen en la lucha por la pole position.
La pregunta que todo el mundo se hace en Maranello es una: cómo es posible que el coche no consiga encadenar dos carreras positivas y, cada vez que ilusiona a los aficionados con algún signo de recuperación, se enzarza de inmediato en una ronda desastrosa como la de Holanda. El quinto puesto de Carlos Sainz esconde problemas mucho mayores que los de un equipo que, por momentos, ni siquiera parece puntero. Y a la vuelta del Mar del Norte, por fin alguien empezó a levantar la voz…
Esta es una película que ya hemos visto esta temporada y uno se pregunta cómo es posible que después de 12 Grandes Premios todavía no hayamos descubierto cómo hay que poner a punto este monoplaza para que funcione de forma decente. En Zandvoort la velocidad punta no sirve para nada, porque la velocidad media cuenta. El coche rojo fue claramente el más rápido en la trampa de velocidad, pero fue simplemente ridículo en el resto. ¿Por qué?
¿Es posible que en Maranello sean incapaces de deliberar sobre una configuración aerodinámica que permita a los dos pilotos tener un coche adecuado para las dunas holandesas y que les proporcione un coche que al menos sea conducible?
Il muretto Ferrari durante il GP d’Olanda: ci sono state chiamate poco convincenti
El muro de Ferrari durante el GP de Holanda: hubo llamadas poco convincentes
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
Cuando no se tiene un coche competitivo, hay que saber aprovechar las oportunidades que se abren en lo que son carreras anómalas. Y Holanda era una de ellas, pero no se aprovechó adecuadamente.
Carlos Sainz e Charles Leclerc con le tute che veranno usate a Monza
Carlos Sainz y Charles Leclerc con los monos que se utilizarán en Monza.
Foto: Ferrari
La oportunidad de redimirse llegará en Monza. En el Templo de la Velocidad el SF-23 debería sufrir menos: el Stradale requiere la mínima carga aerodinámica, apostando todo a la eficiencia aerodinámica y a la potencia de la unidad de potencia 066/10. Al menos en clasificación, ¿veremos a una Red capaz de ilusionar a sus aficionados con una pole position? Después de la debacle de Zandvoort, en Maranello decidieron no hacer proclamas y guardar silencio. Una sabia decisión.
Para las largas rectas del GP de Italia se había pensado en un flanco más ahuecado precisamente para reducir la resistencia al avance: ¿quién sabe si se verá el viernes en el pitlane o si el derroche holandés llevará a revisar los planes?
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