Joven muere tras fatal choque contra tracto-camión en carretera libre Durango – Cuencamé
El reloj marcaba las 22:56 horas del pasado domingo cuando ocurrió el fatídico choque frontal entre un automóvil y un tracto-camión, seguido del incendio de la pesada unidad.
El conductor del automóvil, identificado como Sergio Sariñana Medina, de 32 años de edad y residente de la localidad Francisco I. Madero en el municipio de Pánuco de Coronado, Durango, perdió la vida de manera inmediata tras el impacto.
El fatal encuentro tuvo lugar en el kilómetro 140+100 de la mencionada vía, donde el Ford Focus gris, modelo 2013, conducido por Sariñana Medina, chocó frontalmente contra un tracto-camión de doble remolque de color blanco, con placas de circulación del estado de México. Jorge, el conductor del tracto-camión, resultó ileso, pero impotente ante la colisión que se desencadenó sin previo aviso.
El impacto fue tan devastador que el tracto-camión se incendió, desatando llamas que amenazaban con consumirlo todo a su paso. La urgente intervención de elementos de las distintas corporaciones policíacas, de rescate y bomberos fue crucial para controlar el fuego y evitar una tragedia aún mayor. A pesar de sus esfuerzos, el vehículo de carga sufrió daños irreparables.
El Agente Investigador del Ministerio Público y los Peritos del departamento de Medicina Forense tomaron control de la situación, llevando a cabo los protocolos necesarios para esclarecer las circunstancias del trágico suceso.
El cuerpo de Sariñana Medina fue trasladado al anfiteatro, donde se llevaría a cabo la necropsia de rigor, un paso más en el doloroso proceso de pérdida y duelo para sus seres queridos.
El luto se cierne sobre Cuencamé, Durango, una comunidad que se ve sacudida por la crudeza de la tragedia vial. Mientras tanto, en el recuerdo de quienes conocieron a Sergio Sariñana Medina, perdurará su memoria como un ser querido que partió demasiado pronto, víctima de un accidente que deja interrogantes y reflexiones sobre la importancia de la prudencia y la responsabilidad al volante.
La carretera, testigo mudo de tantas historias, ahora lleva la huella indeleble de una tragedia que no solo se quedó en daños materiales, sino que se llevó consigo una vida y dejó heridas que tardarán en cicatrizar.
Que este suceso sirva como recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad imperante de promover la seguridad vial en nuestras carreteras, para evitar que más familias sufran la pérdida irreparable de un ser querido en un instante de descuido o imprudencia.
IML
