- Vivencias locales
- Costos de un auge en crecimiento
- El crimen que atrajo las miradas internacionales
- Chalecos para todos
- Seguridad en números
Decenas de autos esperan con paciencia su turno para ser transformados en vehículos acorazados de vidrios oscuros. El miedo a morir impulsó una industria impensada unos años atrás. La empresa que se dedica a la seguridad hace horas extras para poder cumplir con la demanda del mercado y ante la escalada de violencia producto del narcotráfico en Ecuador.
Detrás de esas persianas hay una fábrica encargada en acondicionar los autos en blindados, vender chalecos antibalas y cualquier solución contra ese tipo de ataques. A mano y con máquinas, estos trabajadores cubren cualquier orificio por el que se pueda colar un proyectil y acabar con la vida del conductor o sus pasajeros. Se trata de una de las más reconocidas empresas en el rubro.
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A raíz de ello, apenas levantan el portón las colas de camionetas de alta gama se extienden como una serpiente esperando su turno para ser salir de ese taller con su vehículo resistente a cualquier proyectil, disparo o cualquier ataque narco. A horas de las elecciones nacionales los 18.3millones de ecuatorianos viven horas de pánico.
Políticos de todos los corrientes espantados por las amenazas y los atentados, empresarios que temen ser secuestrados con fines extorsivos, medios de comunicación, no importa el rubro, el miedo es la sensación que se respira en un país donde hace unos años daba cátedra de paz entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína. Ahora sus puertos son cruciales para la exportación de la droga, mientras crece la corrupción en organismos estatales, de acuerdo con expertos.
Vivencias locales
Nicolás Reyes, un fabricante de autos blindados le confesó a la agencia AFP que dado “el nivel de inseguridad que vivimos ahora (…) la gente está buscando esta alternativa”. Reyes inauguró hace poco más de un año la planta de producción de blindados en la capital, nuevo foco del terror que impone el narcotráfico tras años en los que la violencia golpeaba sobre todo al puerto de Guayaquil (suroeste) en el Pacífico.
“No estamos seguros en ninguna parte, esa es una constante ahora en el país (…) Depende también de nosotros cuidarnos”, se quejó Cristian Bravo, un profesional en comercio exterior de 46 años que dialogó con la misma agencia internacional.
Fernando Sánchez, empresario de la capital ecuatoriana subrayó: “Al menos en nuestra ciudad, aquí en Quito, este último año se ha duplicado o triplicado” la venta de blindados.
Costos de un auge en crecimiento
Ante la falta de poder adquisitivo, pequeños y medianos comerciantes se las ingenian para combatir el crimen. Christopher Eggeling, experto en seguridad, contó que cada día vende más cascos y chalecos antibalas desde 280 dólares. “Nos ha comprado mucha gente, médicos, profesores, nos han comprado también en el sector camaronero, lo que son transportadores, inclusive transporte pesado”, enfatizó.
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En Guayaquil, los camaroneros van pasos más adelante y formaron sus propios cuerpos de seguridad para mantener a salvo los crustáceos de ladrones. Ecuador es el principal productor y exportador de camarón del mundo. Los chalecos son un “producto que se ha masificado”, remarcó Eggeling.
El crimen que atrajo las miradas internacionales
El brote de violencia que atraviesa la ciudad de Quito en la antesala de las elecciones de este domingo se profundizó desde el pasado 9 de agosto cuando un grupo narco se adjudicó su primer magnicidio. En aquella oportunidad, a la salida de un meeting un sicario de nacionalidad colombiana mató a tiros al candidato presidencial Fernando Villavicencio cuando se acababa de subir a su camioneta sin blindaje.
Al día siguiente del magnicidio, las llamadas de clientes llovían pidiendo cotizaciones, recordó Sánchez. El ritmo frenético de fabricación llevó a ampliar las instalaciones de su empresa por falta de espacio. Nicolás Reyes, otro fabricante de blindados, coincide que la muerte de Villavicencio “sin duda fue (…) la gota que derramó el vaso”.
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Chalecos para todos
La víspera de las elecciones generan un clima de inseguridad palpable. Candidatos presidenciales y periodistas que realizan la cobertura del candadito recorren la ciudad con chalecos antibalas. El aspirante Daniel Noboa asistió el domingo al único debate oficial usando este tipo de traje blindado.
Tanto el partido de Villavicencio como el resto del abanico opositor responsabilizan al actual gobierno de Guillermo Lasso de la crisis. Algunos le reclaman que entregó la seguridad a entes privados, como las empresas que protegen edificaciones.
Seguridad en números
Según informó el ministro del Interior, Juan Zapata, a la cadena Ecuavisa actualmente en Ecuador hay 120.000 guardias de seguridad, es decir el doble que agentes de la policía.
Para la experta Álvarez, la industria de la seguridad en Ecuador sigue los pasos de países expertos en la materia que lidian con carteles o guerrillas, con el agravante de que la pequeña nación tiene peores índices de asesinatos.
Según estadísticas, en 2022 Ecuador alcanzó el triste récord de 26 homicidios por cada 100.000 habitantes. Mientras que México registró 25, Colombia 24 y Brasil 23, según cifras oficiales. Según calculan los expertos, a fines de 2023 Ecuador trepará a 40 asesinatos.
NT / ds