Al abrir el cofre, un conjunto de hierro, plástico y en muchos casos, grasa y suciedad acumulada nos dan la bienvenida, y las interrogantes empiezan a asomarse entre las tuberías y el acero ¿Qué es todo esto? ¿Cómo se llamaba aquello donde se echaba esto otro? ¿Esta tapa la puedo abrir o va a estallar en mil pedazos? Foto: Especial
partes del motor
La fuga del líquido refrigerante es una de las principales fallas del sistema de enfriamiento del auto.
Depósito del líquido limpiaparabrisas. Por lo general la tapa es de color azul, con un icono inconfundible que describe un chorro de agua sobre una figura que evoca un parabrisas. El depósito en sí suele estar oculto más abajo, sin embargo, lo que observamos es la línea de llenado protegida por esta tapa. Simplemente hay que abrirla y llenarla a tope, con un líquido específico que es libre de compuestos corrosivos, humectan el interior de las mangueras para evitar que se agrieten así como los hules de los limpiaparabrisas, lubrican la bomba del depósito y lo más importante, contienen sustancias que diluyen y eliminan la suciedad del vidrio, sobre todo los insectos que se pegan en la carretera.
Depósito de líquido de frenos. Este pequeño depósito se sitúa sobre el cilindro hidráulico que se acciona con el pedal de freno y cerca del servofreno. El cambio del líquido de frenos depende del uso del automóvil. Su función es clave en la seguridad, pues al momento de pisar el pedal del freno, éste transmite la presión hidráulica generada por el cilindro maestro, también conocido como el booster de los frenos, y debe soportar las altas temperaturas transmitidas por la fricción generada entre la balatas de los frenos y los discos o tambores.
Conductos del aire acondicionado. Estas líneas metálicas, que transportan gas a presión, pertenecen a este sistema y van conectadas tanto al compresor como al radiador del aire acondicionado y se pierden en la pared de fuego, que divide el espacio del cofre del habitáculo, porque entran al climatizador. Aunque el aire acondicionado y el climatizador funcionan bajo el mismo principio, debemos ver el segundo como un aire acondicionado inteligente, pues cuenta con un termostato y otros sensores para poder mantener la temperatura seleccionada en el interior.
Bayoneta de aceite. Suele tener un mango de color amarillos para identificarla rápidamente y permite comprobar el nivel de lubricante en el cárter del motor. No va atornillada; se saca jalándola por ese extremo. En la punta que va en el interior tiene dos marcas. Para realizar una medición eficaz se requiere que el coche esté sobre una superficie plana, el motor en frío y, posteriormente, sacarla, limpiarla, volver a meterla y sacarla de nueva cuenta, de esta forma podremos comprobar en qué nivel se encuentra el lubricante.
Tapón de aceite. Sirve para reponer el nivel de lubricante del motor y está identificado con el icono de una aceitera. Está ubicado sobre la cabeza del propulsor, cerca de la bayoneta que describimos anteriormente, pero no siempre al lado. Se suele abrir girando un cuarto de vuelta, aunque puede estar bastante apretado. Recuerda no dejarlo nunca abierto.
Caja del filtro de aire. Es fácil de identificar por sus dimensiones, porque está fabricada en plástico y de ella entran y salen conductos de plástico de un diámetro considerable. Puede abrirse sin herramientas, liberando un par de seguros que mantienen en su sitio la tapa del cuerpo de la caja, o con un desarmador, para reemplazar el filtro por uno nuevo. Dicho filtro tiene la función de evitar que se cuelen elementos externos en la admisión del coche y pasen a la cámara de combustión. Una simple partícula podría causar daños graves si termina en el interior del motor. Los intervalos de mantenimiento de los filtros de aire varían según los fabricantes, pero en promedio se deben reemplazar cada año, sobre todo si normalmente nos desplazamos en zonas de terracería.
Computadora del motor. Es una caja metálica con aletas disipadoras de calor, que está instalada alejada de fuentes de calor y a la que se enchufa un arnés de cables. Como su nombre lo indica, este componente electrónico se encarga de gestionar el funcionamiento del motor, desde algo tan sencillo como administrar la cantidad de gasolina inyectada, hasta funciones más complejas como regular la apertura y cierre de válvulas, o la cantidad de aire que sopla el turbocompresor. Es importante no rociarla nunca con agua.
Batería o acumulador. Es el elemento más fácil de identificar debajo del cofre siempre y cuando tu coche no la lleve en la cajuela, un recurso habitual en los automóviles más caros y deportivos para mejorar el reparto de peso, o en aquellos con un motor muy voluminoso. En los vehículos más modernos la terminal positiva suele ir protegida con una tapa, con frecuencia, de color rojo. La batería es fundamental para que muchos de los sistemas del auto funcionen. Su misión es almacenar la energía eléctrica que produce el generador para alimentar a otros componentes como el motor de arranque que pone en marcha el motor del auto, luces, sistema de infoentretenimiento; prácticamente todo está ligado al acumulador.
