Algunos factores externos están obligando a la marca a acelerar el siguiente paso, en términos de electrificación.
Toyota es el mayor fabricante de automóviles del mundo por producción y ventas. Gracias a su compromiso con la calidad y a la eficacia de sus fábricas en todo el mundo, este fabricante japonés de automóviles es conocido globalmente. De hecho, tiene una fuerte presencia en los cinco continentes, a través de fábricas de producción y centros de diseño.
La otra variable de la explicación son los motores híbridos. Toyota lleva más de 20 años fabricando coches híbridos, con millones de unidades vendidas desde entonces.
¿Y ahora qué?
A pesar del éxito y la imagen positiva que la tecnología híbrida ha dado a Toyota, algunos factores externos están obligando a la marca a acelerar el siguiente paso. Tienen que decidir si seguir mejorando la tecnología existente o pasar a los trenes motrices de cero emisiones, como los coches eléctricos puros.
A medida que las normativas sobre emisiones se endurecen en todo el mundo, está claro que los híbridos no serán suficiente para cumplir los objetivos. Son, al fin y al cabo, motores de combustión interna que trabajan junto con un motor eléctrico. Y aunque su impacto ha sido bastante positivo en las emisiones, nunca podrán reducirlas a cero.
Una tecnología que es la solución ideal por ahora, pero no dentro de diez años. ¿Qué hará Toyota? ¿Seguirán apostando por esta solución interesante, asequible y fácil de conducir? ¿O se rendirán finalmente y se pasarán a la solución eléctrica?
El autor de este artículo, Felipe Munoz, es especialista en la industria del automóvil en JATO Dynamics.