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UNECE propone a la UE más transparencia en el ciclo WLTP de los coches eléctricos

Los fabricantes gastan miles de millones en el desarrollo de los coches eléctricos, realizando pruebas en las dos estaciones del año más difíciles, verano e invierno. Es esta última la que más influye en la autonomía, lo que ha llevado a pedir a la Unión Europea una prueba específica de baja temperatura para las mediciones del ciclo WLTP.

Si la Unión Europea admite la última demanda de organizaciones y de instituciones como la UNECE, los fabricantes de coches eléctricos tendrán un problema más al que enfrentarse. Y ya pueden echarse a temblar, porque la Comisión Económica de las Naciones Unidas ha informado a la Unión Europea de la necesidad de ampliar los requisitos para la homologación de consumos de energía según el ciclo WLTP en los coches eléctricos.

En concreto, lo que se pide es incluir una prueba específica de baja temperatura, pues actualmente la prueba de homologación se realiza a una temperatura media de 23º, por lo que no considera los valores reales que se generan en invierno y a muy baja temperatura. Las pruebas realizadas por expertos de UNECE demuestran que el sistema de climatización del habitáculo apenas consume energía durante los meses con temperaturas más cálidas, ya que las celdas de la batería se encuentran a una temperatura óptima de funcionamiento.

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Eléctricos como el Honda e cuentan con pre-climatización para asegurarse la óptica carga de la batería

El frío es un gran problema en los coches eléctricos

El gran problema llega cuando el frío hace acto de aparición y el consumo aumenta considerablemente, demostrado por el equipo de este organismo en latitudes con una temperatura ambiental de -7º. Un consumo que disminuye la autonomía, mientras el climatizador se encuentra encendido y con una temperatura de 22º. El encendido de los faros y del desempañador delantero y trasero también contribuyen a esta merma, y son justamente las condiciones que han solicitado a Europa que incluya en las futuras pruebas de homologación WLTP, junto a la medición de la resistencia a la rodadura, que se puede ajustar a una temperatura tan baja en las pruebas de laboratorio.

Una medida que impulsan para reforzar la transparencia ante los clientes interesados en la compra de coches eléctricos, con valores más realistas del consumo de energía bajo temperaturas más cálidas y más frías. Esta iniciativa también permitiría a los clientes conocer la autonomía máxima que los coches eléctricos pueden ofrecer bajo los dos extremos de temperatura, un plus más transparente.

La clave por la que los modelos vendidos en los países nórdicos cuentan con una función de preacondicionamiento de la batería. Este sistema permite que la temperatura óptima de las baterías se mantenga entre 20 y 30º, evitando no solo la congelación de los electrolitos, sino también un envejecimiento prematuro de la batería. Los estudios apuntan que, con una temperatura exterior inferior a 5º, la batería se degrada cuatro veces más rápido durante los ciclos de carga y descarga que una batería que se precalienta. Ahora, la pelota está en el tejado de la Unión Europea, que deberá decidir si la estudia y pronunciarse.

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