Fue en 2011 cuando el mundo del motor recibió la noticia de la desaparición de la mítica marca Saab. Desde entonces, ha habido varios intentos por salvar a la casa de Trollhättan, pero ninguno ha llegado a buen puerto. National Electric Vehicle Sweden, más conocida como NEVS, fue la última que luchó por reflotarla y ha acabado hundida.
NEVS es una compañía sueca de coches eléctricos que pertenecía a Evergrande Group. Tal y como anuncia en su web, ha detenido toda la actividad para ahorrar costes a sus dueños y no agudizar, aún más, sus pérdidas.
A pesar de que la situación económica de Evergrande Group ha sido el principio del fin de NEVS, la marca sueca asegura estar “muy agradecida” por haber establecido una relación comercial a largo plazo con ellos.
Cuando NEVS intentó revivir Saab
La empresa sueca se había hecho con los activos de Saab en 2012, un año después de su desaparición. Tenía grandes planes para la marca, pero los planes no funcionaron. Su objetivo pasaba por reiniciar la producción del Saab 9-3 en la planta de Trollhättan: lo consiguieron en 2013, pero tuvieron que parar las máquinas menos de dos años después porque se quedaron sin dinero.
Después, perdieron los derechos que les permitían usar el nombre de Saab, ya que pertenecían a una empresa de defensa y aviación sueca, que fue fundada en Linköping en el año 1937. Por último, intentaron lanzar sus propios coches eléctricos, aunque no lo lograron y se centraron en desarrollar servicios de movilidad como, por ejemplo, un taxi autónomo.
Polestar, la última puntilla de Saab
Esta semana, Automobilwoche desvelaba que Polestar, marca del Grupo Volvo, pretende alquilar las instalaciones que Saab tiene en Trollhättan para extender los centros de investigación que tienen en Europa.
Será allí donde, previsiblemente, darán forma a los sistemas eléctricos, baterías, motores… de los modelos que están por llegar, como, por ejemplo, el Polestar 5 y el Polestar 6. La producción de ambos, sin embargo, seguirá llevándose a cabo en China.