A finales de 2022, la UE prohibió el transporte marítimo de petróleo crudo ruso y de derivados a terceros países tras fijar un tope al barril del oro negro del Kremlin. Pero han encontrado una forma de burlar los controles cada vez más común.
Los llamados ‘buques oscuros’ forman parte de una red de contrabando de petróleo basada en la desconexión de su ubicación o manipulando sus sistemas de identificación automática (AIS por sus siglas en inglés). Básicamente, desaparecen del mapa. Y no solo para el contrabando de crudo.
Un comercio ilegal de millones de barriles

Los grandes barcos deben estar equipados con AIS y deben transmitir su ubicación para evitar colisiones, según los requisitos de la Organización Marítima Internacional. Pero cada vez son más los buques petroleros que transportan petróleo ruso los que están manipulando este sistema para poder burlar el tope de 60 dólares por barril fijado por el G7.
Según detalla la CNBC, algunos están apagando sus transpondedores de ubicación o participando en “suplantación” de AIS, donde una embarcación informa que está en un lugar pero en realidad está en otro, posiblemente a cientos de millas de distancia. Esto ocurre, por ejemplo, en aguas venezolanas o en el Mar de Alborán, al norte de Marruecos.
Solo en 2022, Windward identificó más de 1.100 petroleros asociados con Rusia que ‘desaparecieron’ al apagar o manipular su AIS.
Se calcula que el comercio ilegal de crudo puede reportar al Kremlin decenas de miles de millones de dólares.