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Ranking Motor1: Mercedes-Benz C 300 AMG-Line

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El sedán MildHybrid pasó por la pista de pruebas de Motor1. ¿Cómo le fue frente a otros rivales de segmento? Escribe Paul Szebesta.

Texto de Paul “Coloflow” Szebesta

Piloto oficial de Motor1 y creador de Racing Films

Nota complementaria al video del Ranking de Motor1 (ver video abajo)

Al igual que pasó con otros autos, mi tiempo a bordo de este Mercedes-Benz C300 fue bastante breve. Resulta que el préstamo cayó justo en la semana previa a que se disputara la carrera de los “200 Pilotos” del Turismo Nacional en nuestro querido Autódromo de Buenos Aires. Para quienes asistieron a ese tremendo evento, o lo miraron por la televisión, habrán visto que el Gálvez se vistió de gala como pocas veces. Desde ya que armar semejante circo lleva su tiempo, por lo cual, solo pudimos dar unas pocas vueltas rápidas al Circuito 6, para no interferir demasiado en la organización de la carrera del año. Aun así, fue suficiente para cronometrarlo, entender el comportamiento del auto, conocer sus virtudes y sus defectos. Vamos que les cuento.

Posición de manejo

Excelente. Este es el cuarto Mercedes-Benz que probamos en el Ranking Motor1 (ver todos los episodios), y una vez más me encuentro muy cómodo con la posición que ofrece, pudiendo estirar bien las piernas y quedar cómodo de brazos, con el volante cerca. Eso sí, previo a la vuelta rápida, C.C. me tuvo que brindar un instructivo de los controles para butaca y volante, ya que al ser todo eléctrico, uno puede demorarse varios minutos hasta encontrar cada botón. El volante ofrece un excelente tacto, con buenas proporciones y por detrás suyo encontramos las levas para pasar los cambios. El tablero es totalmente digital, con una pantalla de excelente definición. Saben que me gusta lo analógico, así que a pesar de verse muy lindo, preferiría algo más simple. También está la pantalla multimedia gigante de posición central, donde controlamos todos los menús y seteos del auto. Al igual que muchos, no estoy de acuerdo con que todo sea completamente digital y coincido con aquellos que piden que al menos algunos controles continúen siendo analógicos. Las butacas son muy cómodas: hacen un buen trabajo conteniendo al cuerpo.

Suspensión:

Buena. Tanto atrás como adelante equipa un esquema de paralelogramo deformable, con resorte helicoidal y barra estabilizadora. En este ítem sucede una constante de Mercedes-Benz en cuanto a configuraciones para nuestro país. Si no se trata de un AMG puro (este es apenas AMG-Line), encontraremos que toda la puesta a punto está orientada hacia el confort. En ese sentido, el C300 equipa una suspensión bastante blanda, la cual hace que las trasferencias de peso y rolidos del auto sean muy pronunciados. Esto se traduce en que cuando empezamos a doblar en los ingresos de curva, el auto tome la dirección indicada, pero cuando la suspensión delantera termina de comprimir, el exceso de carga hace que el neumático pierda grip y entonces vaya de trompa. Como contrapartida, encontramos que al ser tan blando, el tren trasero logra pasar la potencia al piso de forma eficiente y -a pesar de ser tracción trasera-, es difícil que el auto patine y se ponga de cola.

Frenos:

Excelentes. Con discos en las cuatro ruedas, el C300 frena muy bien, sobre todo teniendo en cuenta las velocidades que desarrolla y el peso del auto. A su vez, se aguantaron las vueltas sin demasiada fatiga. Eso sí, una vez que finalizaron las vueltas y entré a boxes, el humo que salía de los frenos era considerable, indicando que estaban al límite de su rendimiento.

Dirección:

Excelente. Con una asistencia eléctrica correcta, es muy precisa. Eso sí, al contar con la suspensión tan blanda, hay un pequeño delay entre que doblamos y el auto toma la dirección indicada.

Caja:

Excelente. Automática de nueve velocidades. Este ítem me sorprendió, porque a pesar de no ser un deportivo ni estar orientado en ese sentido, la caja que equipa este C300 es bastante rápida, tanto a la hora de hacer cambios ascendentes como rebajes.

Motor:

Excelente. El rendidor 2.0T de 16 valvulas entrega 258 CV a 5.800 RPM con un par de 400Nm. Una de las mayores virtudes de este auto sin dudas es el motor, el cual trabaja muy bien, y desarrolla muy buenas velocidades teniendo en cuenta el peso que debe mover. La otra característica interesante es que a pesar de darle todo el protagonismo al confort, cuando exigimos el motor se logra escuchar bastante bien dentro del habitáculo, trasmitiendo buenas sensaciones y pudiendo prescindir de mirar el tablero digital para pasar los cambios. Sobre el funcionamiento del sistema MildHybrid, Orly Cristófalo explicó más en su crítica convencional (leer acá).

Ayudas electrónicas:

Se puede desconectar el control de tracción y estabilidad, aunque cuando el auto llega a cierto ángulo de derrape, instantáneamente se cortará la inyección y se engranará el cambio siguiente al que estamos. Esto logra que el auto se ponga derecho al instante y corte con el derrape, sea voluntario o no.

Comportamiento:

Bueno. Aceleramos a fondo en la recta y el motor hace todo lo que tiene que hacer. No descolla en aceleraciones alocadas, pero mueve muy bien los 1.615 kilos de peso. La velocidad máxima que alcanzá al final de la recta fue de 194,87 km/h. Para los que aman las comparaciones, su rival más directo en nuestro mercado, el BMW 330i SportLine, llegó a 190,2 km/h al final de la recta (leer crítica en pista).

Iniciamos la maniobra de frenado, la cual ejecuta muy bien, y empezamos a doblar. Hasta ahí todo bien, pero cuando la suspensión comprime adelante, empiezan los problemas. Lo que sucede es que, al estar tan blando, cuando apoya con la rueda contraria a la dirección que doblamos, el tren delantero se pasa de carga, derivando en que pierda grip y vaya de trompa. Uno quiere cortar esa tendencia levantando y dándole volante, para que el auto rote mejor, pero no lo hace. En ese sentido se puede decir que es bastante estable. Tampoco podemos jugar demasiado con lograr la rotación a base de derrapes con el tren trasero, ya que empieza a patinar recién en la salida de curva, con el motor al máximo de revoluciones.

A su vez, hay que ser muy preciso con ese derrape, ya que enseguida entra en acción el ESP y nos cortará la aceleración, para que el auto se enderece. Esta actitud se ve reflejada en el tiempo. Tanto saliendo de la Confitería, como luego de hacer la Viborita de los Mixtos, el auto tuvo grandes pérdidas de adherencia, donde el ESP entró en acción cortando la aceleración y demorando bastante en dejarnos acelerar de nuevo. Lo destacable es que a pesar de esta tendencia de trompa, el auto en ningún momento sigue derecho: a base de castigar el neumático, adquiere la dirección indicada que le damos con el volante.

Robustez:

Muy buena. El auto no sufrió un desgaste considerable a pesar de no haber girado mucho. Los que más sufrieron fueron los frenos, los cuales llegaron al límite de rendimiento en solo dos vueltas.

Neumáticos:

Muy buenos. El Mercedes-Benz C300 equipa unos Bridgestone Turanza 245/40 R18. Se comportaron muy bien, sobre todo porque deben soportar las deficiencias del chasis para un uso en pista. Aprovecho este ítem para declarar que pertenezco al club de quienes no nos gusta el diseño de las llantas.

Relación precio/deportividad:

Malo. Con el precio que tiene claramente no es una opción si lo vemos desde un punto de vista deportivo. Anda muy rápido, y se comporta bien teniendo en cuenta la orientación que tiene, pero aún así, hay opciones mucho más deportivas en ese rango de precios. Este AMG-Line está pensado claramente para ser un sedán confortable, antes que nada.

Conclusión:

Para lo que es, tiene un comportamiento muy bueno. Hablamos de un sedán que lejos está de tener aspiraciones deportivas, pero aun así se las arregla para transitar rápido en el circuito. Hay que ser muy cuidadoso con la forma de manejarlo, ya que el ESP es bastante invasivo y, ante un derrape normal, ya entrará en acción. Quedó cerca del BMW 330i SportLine que ya probamos, con el cual compite en segmento y posee la misma potencia, anqué con 100kg menos de peso (leer crítica en pista). Si tuviera que comparar los dos productos alemanes, sin dudas el BMW tiene una actitud mucho más divertida y nerviosa, donde el tren trasero tiende a derrapar fácilmente, cosa que no sucede con el Mercedes-Benz. Quedará en cada uno elegir entre elegancia y confort, o deportividad y sensaciones.

Mediciones:

Tiempo de vuelta en el Circuito 6, 2:14.401. Velocidad máxima en recta, 194,87 km/h. Velocidad media, 114,2 km/h.

Coloflow (@PaulSzebesta_)

Producción: RacingFilms, Hernando Pollicelli, Julián Podesta, Orly Cristófalo, Ciudad Autódromo y Motor1.

Agradecimiento: Pinturerías Gastón, 3mc Designs.

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