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Prueba Microlino 2023, un eléctrico moderno con un punto clásico

¿Qué más puede ofrecer, además de un diseño irresistible? Un precio verdaderamente atractivo...

prueba microlino 2023, un eléctrico moderno con un punto clásico

Hoy abre sus puertas al público el salón de Barcelona, una cita llena de novedades y modelos llamativos y tecnológicos. Sin embargo, a muchos de los que ya hemos pasado por allí, lo que más nos atrajo fue el Microlino de esta prueba, un pequeño eléctrico de aire clásico y reducidas dimensiones, que nos trae rápidamente a la memoria al legendario Isetta.

Llegados a este punto, la pregunta está ahí… ¿Los coches bonitos lo tienen más fácil en el mercado? ¿Los faros adorables y las proporciones divertidas hacen que un vehículo se gane mejor los corazones o se gane el perdón cuando algo va mal? Quién sabe, pero este nuevo Microlino eléctrico, que ya han probado nuestros compañeros de Motor1.com en Alemania, podría hacer que imaginamos la respuesta.

¿Cómo es el Microlino eléctrico?

El desarrollo del Microlino tuvo un final feliz, pero su camino no fue sencillo. La empresa suiza Micro Mobility, que debe su éxito al mundo de las dos ruedas, mostró los primeros diseños del Microlino en 2015, y luego presentó un estudio de diseño en 2016 en el Salón del Automóvil de Ginebra. La respuesta fue enormemente positiva y la empresa se puso a trabajar en un modelo de producción.

Pero una complicada disputa legal con su primer socio de producción obligó a la empresa a desarrollar un nuevo Microlino 2.0 desde cero, con una arquitectura monocasco en lugar de un bastidor tubular.

Por si esta problemática gestación no fuera suficiente, bueno, todos sabemos lo que pasó en marzo de 2020, con el coronavirus y todo eso. Pero a pesar de ello, el Microlino ha conseguido convertirse en una adorable realidad.

Visualmente, el Microlino se inspira en gran medida en el legendario Isetta. Aunque este pequeño coche urbano fue fabricado bajo licencia de BMW, originalmente era un producto de la italiana Iso (Isetta significa literalmente “pequeño Iso”). El nuevo Microlino también se ensambla en Italia, en una fábrica de Turín construida por Micro y su socio CECOMP.

Microlino 2023: interior y espacio

Bien, echemos un vistazo más de cerca al coche. ¿Acabo de decir coche? Error: el Microlino es un vehículo ligero de la clase europea L7e, se apresuran a señalar sus fabricantes.

Esto lo sitúa en la misma liga que el Opel Rocks-e, el Citroën Ami o el Renault Twizy, pero el Microlino gana puntos gracias a su carrocería autoportante, algo inusual en un L7e. Esto aporta más seguridad, pero también encarece el precio, como veremos más adelante (al menos, en Alemania). Y como el airbag no es obligatorio en esta clase, el pequeño volante deportivo no lo equipa.

¿Qué destaca a primera vista? El Microlino es muy pequeño: 2,52 metros de largo, 1,47 de ancho y 1,50 de alto. Un ‘cubo’ de formas redondeadas, con una velocidad máxima de 90 km/, que deja claro que se trata ante todo de un coche urbano. ¿Carretera? Para una o dos salidas como mucho. Por cierto, el Microlino se mueve sobre ruedas de 13 pulgadas.

Me paro delante del Microlino y me pregunto cómo se abre la gran puerta delantera, de estilo ‘frigorífico’. Y no, no hay tirador en el exterior: se abre con la llave y luego se pulsa un botón bajo el retrovisor exterior izquierdo. Como por arte de magia, se abre. Me lanzo hacia el interior, pero no cierro la puerta de golpe, porque lo hace eléctricamente mediante un cierre suave.

El asiento se puede desplazar longitudinalmente, y con mi 1,88 metros de estatura me siento bien detrás del volante. Está (o quizás estoy) un poco alto, ya que el espejo exterior ajustable manualmente en la carcasa del faro no está realmente en mi campo de visión. El hueco del volante está pegado a mi pierna izquierda, y el mando giratorio de la transmisión automática está ‘encastrado’ en el lado del conductor. No estaría mal un reposabrazos, pero la palanca del freno de mano está justo ahí.

Busco en vano un espejo interior, aunque probablemente no sea el único; los responsables del Microlino prometen un remedio mediante ventosa. ¿Y el espacio en general? Mejor de lo esperado: dos personas pueden sentarse bien en el banco corrido, aunque sea a todas luces estrecho: porque el Microlino es estrecho. Teniendo en cuenta el tamaño del vehículo, el maletero es bastante impresionante: 230 litros de capacidad.

¿Y qué más? Una pequeña pantalla detrás del volante indica el nivel de batería, la velocidad y el nivel de recuperación. A la derecha, hay mandos táctiles para la ventilación, la calefacción de la luneta trasera y la apertura del portón trasero.

Por supuesto, no hay aire acondicionado: sólo las ventanillas laterales correderas y un techo plegable de accionamiento manual proporcionan aire fresco. Y la navegación se realiza a través del smartphone. Un soplo de aire fresco, en tiempos donde predominan los grandes SUV, llenos de pantallas. Frente a ellos, además, el Microlino solo pesa 435 kilos (sin batería).

¿Cómo se conduce el Microlino?

Tras los primeros metros, llega a mis oídos un claro ruido en la conducción. Me recuerda espontáneamente a un tranvía. El Microlino no es silencioso, sobre todo porque su forma y tamaño no permiten un gran aislamiento. El zumbido eléctrico está siempre presente, y el motor del único limpiaparabrisas es claramente audible cuando llueve.

Más allá del ruido de fondo, el Microlino se siente como en casa en la ciudad. Aquí es donde debe estar, donde llama la atención. Al conductor le cuesta un poco acostumbrarse: el vehículo ‘termina’ justo delante de las piernas y hay que pisar el freno con bastante fuerza, a pesar de tener una buena recuperación. Eso sí, no es posible llevar a cabo una conducción de tipo pedal único y, cuando se está parado, hay que pisar con más fuerza debido a la ausencia de servofreno.

El Microlino está propulsado por un motor eléctrico en la parte trasera, que desarrolla una potencia de 17 CV (12,5 kW) y un par máximo 89 Nm. No parece mucho, pero es perfectamente adecuado para la conducción urbana. El coche alcanza rápidamente los 50 km/h, pero no esperes una aceleración como la de un Porsche Taycan (aunque el Microlino tiene el modo Sport, ojo).

Según el fabricante, el consumo en el ciclo WLTP es de entre 5,9 y 6,6 kWh/100 km y está disponible con tres opciones de baterías de iones de litio: 6 kWh para una autonomía de 91 km, 10,5 kWh en la versión media para hasta 177 km y, como solución más capaz, 14 kWh para un máximo de 230 km.

El Microlino puede cargarse en estaciones de carga de corriente alterna y en wallbox, así como en un enchufe doméstico. El cargador de a bordo tiene una potencia de 2,6 kW (1,3 para la batería más pequeña), lo que significa que una batería vacía puede llegar al 80% en tres o cuatro horas. Dadas las reducidas dimensiones de las baterías disponibles, no se incluye una función de carga rápida de corriente continua.

¿Qué más se nota al conducir durante mucho tiempo? Bueno, no hay mucho confort en la suspensión ni en el asiento, moderadamente acolchado, aunque sus poco menos de 1,5 metros de batalla hacen que sea un coche sumamente ágil.

¿Cuánto cuesta el Microlino 2023?

En su lanzamiento en Alemania, la Edición Pioneer, lujosamente equipada, estará limitada inicialmente a 400 unidades. Incorpora faros LED, una tira de LED en la parte delantera y trasera, y está disponible en Azul Atlantis o Aluminio Torino. ¿Precio? Desde 22.690 euros, ya disponible para pedidos online.

Más adelante llegarán el modelo básico Urban y las variantes Dolce y Competizione, más coloridas. El Urban, que será el Microlino más barato, sólo tendrá la batería de 6,0 kWh y un techo cerrado (el plegable cuesta 590 euros), y contará con un precio de 17.690 euros.

La edición Dolce, de 19.690 euros, estará disponible con las tres variantes de batería, mientras que la Competizione, de 21.690 euros, permitirá elegir entre las versiones de batería mediana y grande.

Conclusión

El viejo lema de Porsche, “Nadie lo necesita, todo el mundo lo quiere”, se aplica al Microlino. Es sin duda el rey de los cuadriciclos ligeros en términos de diseño, pero a un precio elevado. Racionalmente hablando, un coche como el Dacia Spring es la mejor opción, pero ¿te genera alguna simpatía? Sin duda, en el caso del Microlino, el corazón triunfa sobre la mente.

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