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Prueba Alfa Romeo Tonale PHEV, un híbrido enchufable con esencia deportiva

prueba alfa romeo tonale phev, un híbrido enchufable con esencia deportiva

El Tonale Plug-in Hybrid Q4 es la versión con sistema de propulsión híbrido enchufable del Alfa Romeo Tonale, un SUV mediano y el segundo automóvil con este tipo de carrocería que ofrece la marca italiana en su gama (el primero fue el Stelvio, más grande). Hasta ahora, no había ningún PHEV en Alfa. Dispone de cinco puertas y cinco plazas. Se trata de un coche amplio y con una calidad de construcción elevada donde, además, se percibe el gran esfuerzo que se ha realizado en términos de diseño y de comportamiento dinámico, algo habitual en los vehículos de este fabricante. Si bien no está exento de defectos, se trata del producto que ha relanzado la firma. Puedes leer más información sobre esto en nuestro artículo “2022, el año que dio alas a Alfa Romeo: un repaso a su actualidad”.

Aunque el Tonale también está a la venta con un motor diésel de 130 CV (etiqueta C de la DGT) y dos de gasolina microhibridados de 130 y 160 CV respectivamente (etiqueta ECO), en esta ocasión nos centraremos en el PHEV de 280 CV (etiqueta CERO), pues es el último lanzamiento de Alfa y el que hemos probado. Combina un motor de gasolina y otro eléctrico. En teoría, con la batería totalmente cargada, se pueden recorrer 69 km sin gastar combustible. Por ahora, se trata de la única versión de este SUV con tracción a las cuatro ruedas y está disponible con tres niveles de acabado y equipamiento desde 51.000 euros, un precio por debajo de la media de su segmento de mercado. En general, nos gusta y consideramos que es una buena compra.

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Uno de los SUV más espaciosos de su clase con uno de los maleteros más pobres

El Tonale PHEV mide 4,53 metros de longitud, 1,84 de anchura y 1,60 de altura con una distancia entre ejes de 2,64 metros. Para su construcción se emplea la plataforma del Jeep Compass, pero la puesta a punto de este Alfa Romeo está muy lejos, para bien, de lo que ha sido capaz de ofrecer la marca americana. Pese a ser unas dimensiones exteriores normales para la categoría en la que compite, su habitáculo resulta mejor optimizado que en la mayoría de sus competidores sin llegar a ser sobresaliente. Esto tiene efectos especialmente positivos en la segunda fila de asientos, cuya posición no se ha modificado respecto a un Tonale convencional. Cuenta con un buen espacio para las piernas y para los hombros, no tanto para la cabeza. A práctica igualdad de tamaño, existen alternativas aún más amplias. Es el caso del KIA Sportage, del DS 7 o del Volkswagen Tiguan, todos con versiones híbridas enchufables.

Para ubicar la batería, se ha penalizado el maletero, cuya capacidad es 115 litros inferior a la de un Tonale diésel o de gasolina MHEV: pasa de 500 a 385 litros. No es baladí, pues estamos hablando de una reducción de casi una cuarta parte sobre el volumen que presenta el modelo estándar. Sólo el CUPRA Formentor PHEV tiene un maletero más pequeño en esta clase. Con todo y aunque ajustado, puede resultar suficiente para almacenar el equipaje de cuatro personas para un fin de semana, nunca más (no es recomendable realizar largos viajes ocupando la plaza central, bastante incómoda aun estando homologada). A cambio de esta limitación, los respaldos posteriores se pueden abatir en una proporción 60:40 para lograr un espacio de carga de 1.430 litros, ideal para transportar objetos grandes. Además, el portón trasero es eléctrico y tiene función manos libres de serie. Se agradece mucho, ya que la boca queda excesivamente alta.

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Buenos acabados y mucha tecnología: elegancia y equipamiento a la altura de Alfa

El Tonale, sea PHEV o no, es un coche repleto de detalles que desprenden deportividad y elegancia, incluso cierto nivel de lujo. En el exterior, se pueden apreciar las banderas italianas en los retrovisores, las pinzas de freno rojas (cuatro pistones) con el nombre de la marca en estilo caligráfico y las molduras negras que contrastan con la pintura del resto de la carrocería (se puede escoger entre seis colores), etc. Aquí, para distinguir la versión híbrida enchufable, hay que fijarse en las salidas de escape, redondas y cromadas, o en el “Biscione” (serpiente) que aparece en la ventanilla trasera izquierda con un rayo (símbolo de la electricidad) en el lugar donde iría el habitual niño siendo devorado. Parece horrible, pero es lo que representa el logotipo de Alfa Romeo. Las formas esculturales de los paneles, así como las proporciones del vehículo, nos resultan muy llamativas.

En el interior, los materiales empleados son buenos. También los ajustes. Todo es agradable al tacto y está ubicado de forma ergonómica. Consideramos que, al menos en los niveles de acabado más altos, es un SUV que nada tiene que envidiar a sus rivales más reputados: Audi Q3, BMW X1, Mercedes GLA y Volvo XC40. Quizá, los asientos podrían ser más cómodos (eso sí, sostienen el cuerpo muy bien) y los revestimientos de las puertas menos anodinos, pero la calidad percibida es alta, en cualquier caso. En marcha, se evidencia una elevada calidad de rodadura, algo a lo que contribuye especialmente un aislamiento acústico mejor que, por ejemplo, el del Stelvio, su “hermano mayor”. Se puede afirmar sin miedo que se trata de un automóvil sólido, hermético y medianamente confortable. La cabina podría ser más luminosa.

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El sistema multimedia funciona correctamente, pero no destaca por nada en concreto (los hay mejores). La resolución, la conectividad móvil (sin cable) y la resistencia a los reflejos de luz son buenas. Se puede perfeccionar la respuesta, que no es muy rápida, así como la sencillez de manejo, creando una interfaz algo más intuitiva y que permita controlar todas las funciones en movimiento (algunas sólo se activan, por seguridad, cuando se detiene el vehículo). Existen algunas que son remotas desde la aplicación MyAlfaConnect. También es posible una integración con el asistente virtual Amazon Alexa. Es de agradecer que se hayan respetado los botones físicos para el climatizador, que además quedan a la altura de la mano. Sin embargo, lamentamos que la cúpula que se ha colocado sobre el cuadro de instrumentos digital (personalizable) sea tan prominente y obligue a apartar la vista de la carretera en exceso. Es por ello que se echa en falta un Head-Up Display.

En cuanto al equipamiento, el Tonale PHEV se puede configurar con tres grados de dotación: Ti, Speciale y Veloce. El segundo es una edición de lanzamiento que sólo permanecerá en la gama hasta mayo de 2023. Desde el básico, este coche ya lleva un amplio elenco de ayudas a la conducción (ampliable opcionalmente), anclajes ISOFIX en las plazas traseras laterales, faros LED matriciales, retrovisor antideslumbrante, selector de modos de conducción, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona con salidas de ventilación posteriores, lunas traseras tintadas, iluminación ambiental, dos pantallas de infoentretenimiento (12” el cockpit y 10” la central táctil), tapicería de tela (cuero y Alcantara con sobrecoste), cargador inalámbrico para teléfonos, conexiones USB delante y detrás, comandos vocales, navegador integrado con servicios conectados, llantas de 18 pulgadas (de 19 o 20 pagando más) y cargador AC embarcado. Por un extra de dinero, se pueden instalar varios elementos de utilidad, algunos de los cuales son estándar en los acabados superiores: sistema de sonido mejorado, techo solar, asientos eléctricos, ventilados y calefactados, etc.

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280 CV, 69 km de autonomía eléctrica y el único Tonale con tracción integral Q4

El sistema de propulsión PHEV de este Tonale está compuesto por un motor de gasolina turboalimentado con cuatro cilindros y 1,3 litros de cubicaje que rinde 180 CV (es, por sí sólo, más potente que cualquier otra versión del modelo) y por uno eléctrico que desarrolla 122 CV. El primero está ubicado sobre el eje delantero; el segundo, en el trasero. Es por ello que se logra motricidad en ambos, lo cual sólo ocurre en el PHEV. Con una potencia máxima combinada de 280 CV, es posible acelerar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos y alcanzar 206 km/h de velocidad punta (limitada a 135 km/h en modo de circulación EV). Son cifras de rendimiento correctas teniendo en cuenta que se trata de un vehículo que, en vacío, pesa más de 1,8 toneladas. La transmisión es automática de 6 relaciones y funciona mediante un convertidor de par.

Para alimentar el propulsor eléctrico se usa una batería, sita entre ejes (aunque mucho más cerca del posterior), cuya capacidad bruta de almacenamiento es de 15,5 kWh (12 netos o útiles). Con ella, el Tonale PHEV puede recorrer 69 km sin encender en absoluto el motor principal. Esta es la distancia media sin emisiones homologada bajo procedimiento WLTP, pero en la práctica hemos comprobado que resulta muy difícil realizar más de 50 km en esas circunstancias (la autonomía conjunta suele ser de 550 km sin practicar una conducción marcadamente eficiente). Dicha pila puede recargarse a un máximo de 7,4 kW en corriente alterna, lo habitual en un híbrido enchufable. A esa potencia, se puede recuperar toda la energía (del 0 al 100%) en 2,5 horas.

Cabe decir que, al margen de lo que indique Alfa Romeo (1,1 l/100 km en promedio), hemos obtenido un consumo de carburante de 5,7 l/100 km durante nuestra prueba, agotando por completo el acumulador a los 46 km en un trayecto de más de 200. Esto quiere decir que, cuando sólo se hace uso del propulsor térmico y se arrastra una gran pila descargada, el gasto de combustible se encuentra aproximadamente entre los 7 y los 9 l/100 km según las condiciones. Estas son peores cuando aumenta la velocidad y, por lo tanto, la resistencia aerodinámica. Para ayudar a paliar este efecto, el fabricante ha colocado tras la parrilla frontal unas persianas activas que interrumpen, de manera inteligente (en función de las demandas de refrigeración del motor de gasolina), el paso de aire al interior del compartimento mecánico.

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Impresiones de conducción: tan bueno que echarás de menos un motor tradicional

Seremos claros: no hay un híbrido enchufable que se comporte mejor sobre el asfalto que el Tonale en esta categoría del mercado. Lamentamos parecer aduladores de Alfa Romeo, pero la realidad es que la firma ha hecho un trabajo excelente sobre el chasis de este coche, sobre todo si lo que realmente buscaba era construir un SUV con carácter deportivo. La puesta a punto de la suspensión es firme, mas no seca o con carencias en el filtrado de las irregularidades de la calzada, lo cual no sería posible sin unos amortiguadores de alta calidad. En el acabado Veloce, tienen de serie dureza variable gracias a unas válvulas de doble etapa (permite dos ajustes: duro o “blando”).

Los muelles, más cortos de lo normal en un SUV así, y las barras estabilizadoras, más gruesas, conceden muy poco balanceo a la carrocería, lo cual maximiza el agarre y la estabilidad. Se percibe mucha rapidez y facilidad en los cambios de apoyo, aunque le limita su peso (cerca del límite de adherencia, se acusa subviraje): otras versiones del Tonale funcionan aún mejor desde un punto de vista dinámico. De hecho, según la marca italiana, no se han llevado a cabo cambios en el eje trasero pese a tener que soportar una carga mucho mayor. Tampoco varía, respecto a un Tonale normal, el bajo centro de gravedad o el casi perfecto reparto de pesos (53/47), dos características clave para un resultado dominante en su clase. A cambio, su altura libre al suelo (14 cm) es poco recomendable para circular sobre terrenos escarpados.

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Por su parte, la dirección cuenta con un tacto pesado, satisfactorio y preciso que, a diferencia de lo que ocurre, ya no en los SUV sino en la mayoría de los turismos actuales, es muy transparente y da muchas pistas al conductor sobre lo que ocurre debajo del tren delantero. Esto se ha logrado mediante una asistencia electrónica leve y una desmultiplicación elevada, de 14,8 a 1 (este término hace referencia a la relación entre el giro del volante y el cambio de trayectoria de las ruedas). También son destacables tanto la capacidad de deceleración como la modularidad que concede el pedal del freno pese a contar con un tramo del recorrido para la regeneración de energía. En contrapartida y sin poder dejarse de considerar “todo un Alfa”, la maniobrabilidad y la visibilidad trasera son mejorables fruto de un diseño y unas geometrías que sacrifican un poco la funcionalidad.

Con un equilibrio tan bueno entre confort y agilidad, el sistema de propulsión PHEV desentona. No hablamos de sus prestaciones, que son buenas, sino de la forma en cómo las entrega. Las levas del cambio tras el volante, que son enormes, metálicas y fijas, actúan con retardo (en general, la transmisión es perezosa), mientras que el motor de gasolina, cuando trabaja sin ayuda del eléctrico posterior, abusa mucho de su sobrealimentación para suplir una escasez de cilindrada. Esto genera reacciones más violentas de las deseables cuando se pisa el acelerador. No lo podemos esconder: cuán bien funcionaría este coche con un propulsor puro de gasolina de 2 litros (como el del Stelvio), sin hibridaciones ni concesiones a unas normativas de emisiones que las firmas han de cumplir. Eso sí, el paso del funcionamiento térmico al eléctrico y viceversa es suave.

Conduciendo con agresividad, resulta difícil descolgar el eje trasero que, siempre y cuando quede carga en la batería, parece estar constantemente sincronizado con el sentido de la marcha, lo cual le convierte en un automóvil aún más eficaz desde el punto de vista del manejo con relación a un Tonale no PHEV. Los perfiles DNA, seleccionables desde una ruleta situada en la consola central, actúan principalmente sobre el tren motriz, la gestión de la carga de la pila, la dirección, los controles de tracción y estabilidad, la sensibilidad de los dos pedales, el control vectorial del par (todo a base de electrónica y frenos, pues no lleva autoblocante) y la suspensión si se trata de una unidad que incorpora la ya mencionada amortiguación de dureza configurable. Durante nuestra prueba se fundió uno de los pilotos traseros.

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Precios del Alfa Romeo Tonale PHEV Q4: ajustado y acorde con todo lo que ofrece

Se puede pedir un Tonale PHEV desde enero de 2023. Hasta mayo del mismo año, el coste de adquisición del Alfa Romeo Tonale arranca en 51.000 euros, que es la cantidad que pide la marca por la edición Speciale. Seguidamente, el precio partirá de 53.500 euros, dinero que habrá que abonar para comprar el acabado Ti. Para obtener el Veloce (tope de gama), será necesario pagar 56.000 euros. En este último caso, la filial del fabricante en España ofrece una financiación a 36 meses con una cuota de 399 euros si se aporta una entrada cercana a los 10.000 euros. No se prevén problemas de suministro, pues la producción de este modelo se ha ampliado recientemente.

Frente a sus principales alternativas, es un SUV con un precio justo (que no barato). Lo es todavía más si se tiene en cuenta que está muy bien equipado desde la base, que tiene unas calidades de construcción generales muy altas y que su relación entre potencia y autonomía eléctrica es superior a la de la media de sus competidores. De hecho, no hay ningún rival “premium” que se le acerque en el aspecto económico. Para encontrar una opción similar, pero más asequible, hay que elegir un Hyundai Tucson PHEV. Con 265 CV y tracción total, este cuesta cerca de 45.000 euros, pero su nivel de sensaciones, prestaciones y refinamiento está a años luz del Tonale. No merece la pena.

Conclusión: amplio, refinado y placentero pese a su déficit de armonía técnica

Si te apasiona la conducción, pero tienes una familia mediana con las necesidades de espacio que ello supone; si te gusta la robusta estética SUV, pero valoras el hecho de poder desplazarte sin consumir ni una gota de gasolina la mayoría de los días (deberás tener un cargador en tu garaje); si aprecias el diseño, pero no menos la calidad. Esos son, en esencia, los requisitos indispensables que debe tener cualquier cliente potencial del Alfa Romeo Tonale PHEV, el coche de estas características con la mejor dinámica. Pese a las sensaciones deportivas que transmite, no renuncia a un alto grado de seguridad y también eficiencia. Todo ello por un precio muy atractivo y que nosotros pagaríamos a gusto. Eso sí, no busques la pureza y el perfecto maridaje técnico al que nos tenía acostumbrados la firma turinesa. La hibridación los ha destruido.

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Galería fotográfica del Alfa Romeo Tonale PHEV Q4 (Veloce y gris)

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