La firma china desembarcará a finales de año con esta berlina elegante y de gran rendimiento que nosotros hemos podido conducir brevemente.
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Uno de los grandes objetivos de BYD es convertirse en el fabricante que más vehículos eléctricos venda del mundo. Para lograrlo, la compañía fundada hace 28 años y especializada en baterías ha decidido desembarcar con una gama de modelos amplísima que cubra las necesidades de todos los clientes al tiempo que cada uno de los modelos cuente con la tecnología necesaria para ser considerado un referente. Este es el caso del BYD Seal que, al igual que ha ocurrido con el Dolphin, hemos podido conocer y conducir brevemente en su presentación internacional.
Un modelo que sorprende, primero, por la silueta, pues sus formas de berlina parecen estar reñidas con los tiempos modernos. No obstante, BYD apuesta por estas formas porque considera que son las que mejor se adaptan a sus pretensiones. Pero además, este Seal da un paso importantísimo a la hora de convertirse en un referente dinámico y lo hace gracias a la tecnología Cell-to-Body (CTB) en la que la también revolucionaria Blade Battery se integra en toda la estructura del vehículo.
Los beneficios que aporta son sustanciales pues no solo se mejora la seguridad sino que se aprovecha el espacio en el sistema de la propia batería (BYD dice que lo hace en un 66%), aumenta la densidad energética (en un 10%) y se incrementa la seguridad. Todo ello sin obviar que se gana en rigidez estructural convirtiendo al Seal en un coche extremadamente ágil.
Rápido y estable
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Así lo comprobamos también en la toma de contacto realizada en Castellolí donde las pruebas se centraron en demostrar su rendimiento, tanto mecánico como dinámico.
Subidos a unidades que se comercializan en el mercado chino, la primera fue una prueba de aceleración para ver cómo el Seal en su versión más potente es capaz de fusionarnos con el asiento. Y es que la versión tope de gama de la berlina eléctrica genera nada menos que 530 CV de potencia y 630 Nm de par gracias a los dos motores, uno en cada eje, que le dotan además de tracción total. Con ella es capaz de conseguir para el crono al llegar a los 100 km/h desde parado en solo 3,8 segundos, dato que incluso nosotros conseguimos rebajar en una décima siendo además el mejor registro del día.
En lo referente a la autonomía, ambas versiones hacen gala de una batería de 82 kWh de capacidad que les permite homologar un rango superior a los 500 km en ambos casos siendo de 570 km en el caso del Seal de acceso y de 520 km en el más potente. Además, admite cargas en corriente continua hasta de 150 kW necesitando 26 minutos para pasar del 30 al 80%, mientras que en conectores de corriente alterna puede llegar a 11 kW.
Atractivo general
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Una dinámica de conducción que viene acompaña además de una silueta de lo más atractiva. Con cierto deje en algunos detalles a algunos Porsche, la realidad es que este Seal llama la atención. Mide 4,80 metros de largo por 1,87 de ancho y 1,46 de alto y tiene, entre otros, llantas de 19 pulgadas, tiradores enrasados o un gigantesco techo solar. En el interior destaca igualmente por su elevada calidad de construcción así como por su digitalización, donde el monitor de 15,6 pulgadas con función giratoria se convierte en el cerebro de operaciones.
La instrumentación situada sobre el volante se encomienda a un panel LCD de 10,2”. El sistema de audio Dynaudio Performance con 12 altavoces proporciona un sonido de calidad premium. La carga inalámbrica de smartphones es otra cómoda función. Por habitabilidad tampoco desmerece ya que la zona trasera es amplísima gracias a los 2,92 metros de distancia entre ejes mientras que el maletero alcanza un volumen de 402 litros a los que suman otros 53 litros en su parte delantera, ideal para guardar los cables. El objetivo de BYD es rivalizar no solo con el Model 3 sino también con los BMW i4 o Polestar 2, entre otros, frente a los cuales pretende atacar positivamente al bolsillo del conductor pues el objetivo de la firma china es colocarlo por debajo de los 45.000 euros.
