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Primera prueba del BYD Dolphin: las cosas claras

La versión europea del Dolphin que se vende en China ya ha pasado de manera breve por nuestras manos y reúne muchos argumentos para considerarlo un rival muy digno.

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El desembarco de BYD está siendo de lo más completo, tras una etapa inicial en la que ha desvelado el Atto3, el Han y el Tang, ahora la firma china se mete de lleno en uno de los segmentos de suma importancia, el de los compactos. Lo hace con el Dolphin, un vehículo que ya vende en China pero con un concepto bastante más pequeño del que llegará aquí, tanto que allí sería catalogado como un utilitario y aquí tiene la etiqueta de compacto. Dicho esto, el objetivo de BYD con este Dolphin no es otro que democratizar poco a poco la electrificación pues según nos aseguraron en la presentación internacional del mismo, la idea es comercializarlo en un rango de precios de entre 30.000 y 39.000 euros dependiendo del país al que vaya dirigido y de los descuentos comerciales que existan allí.

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En este caso, hablamos de un coche que tiene una longitud cercana a los 4,30 metros de largo y dadas sus formas irá directamente a rivalizar con el ID.3 de Volkswagen. Además, para intentar quitar cuota de mercado al modelo alemán, así como a otros posibles rivales de la categoría como el Nissan Leaf o el Cupra Born, llegará de momento con un motor de 204 CV de potencia. Sin embargo, para conseguir convertirse en un  democratizador es de vital importancia llegar a los estratos más bajos y por ello tiene previsto vender en un futuro más bien cercano una alternativa de menor calado, tanto en cuanto al motor como a la batería.

Y es que en Dolphin que llegará a mediados de año se combina con un paquete de celdas de 60 kWh con el que homologa una autonomía de 427 km y que puede cargarse en tomas de 88 kW en corriente continua y 11 kW en alterna. Batería que además cuenta con la tecnología V2L para convertir al Dolphin en un conector y así poder suministrar energía a otros sistemas externos o, incluso, cargar otros coches eléctricos. No obstante, si quieres llegar a un público mayor y sobre todo quitar cuota de mercado a las firmas europeas has de mirar también hacia abajo y eso es lo que hará precisamente hará en los próximos meses, una vez vea cómo discurre la venta de este primer Dolphin.

Lo conducimos brevemente

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Un modelo que nosotros ya hemos podido conducir aunque en un circuito cerrado como era el de Castellolí, en Barcelona, para comprobar cuáles son esos atributos que tiene. Siendo sinceros, la prueba no fue para sacar conclusiones demasiado fiables, primero porque la unidad era preserie, y segundo porque lo realizado sirvió para poco. Sin embargo, sí pudimos observar que el coche tiende a ser confortable, con una suspensión blandita y una dirección que, como ocurre en el Atto3 apenas transmite información. La capacidad de aceleración es muy buena porque una de las ventajas es que el Dolphin apenas excede el peso de un turismo de combustión.

También me sorprendió el tacto del freno pues al realizar la maniobra de esquiva el contacto con el mismo fue muy natural. Otro detalle que llamó la atención, el radio de giro pues en una baldosa el Dolphin es capaz de colocarse sin problemas, algo que será de gran utilidad en entorno urbano. Respecto al consumo, BYD homologa 15 kWh/100 km para conseguir dicho rango de autonomía. Si bien no lo pudimos probar, parece que al igual que ocurre con el Atto3, una de las virtudes es la bomba de calor integrada en el coche que no solo acondiciona el habitáculo sino que también permite acondicionar la batería para ser lo más eficiente posible y respetar la autonomía homologada.

Más grande para ser más seguro

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Que el Dolphin europeo sea más grande que el chino obedece principalmente a una cuestión de seguridad pues en esencia ambos comparten la misma batalla, 2,70 metros (muchísima para un coche de este tamaño), pero para que pueda pasar las cada vez más exigentes pruebas de euroNCAP, sobre todo las relativas a la protección de los peatones, era vital que rediseñar toda la parte frontal. Dicho esto, el Dolphin muestra un diseño sobrio y funcional. A destacar la personalización con los cinco colores disponibles y sobre todo las líneas de tensión laterales. El hecho de escoger este nombre, diferente al del Tang y Han así como al del Atto3 es porque se basa en la nueva línea comercial Ocean, e incluso cuenta con guiños que se asemejan a un delfín. Estos se ven en su habitáculo, como puedan ser las manetas de las puertas.

Un interior que guarda mucha similitud con el Atto3 y en el que destaca la buena construcción y calidad de los materiales, muy por encima de algunos modelos que llevan años vendiéndose en Europa. El puesto de conducción está presidido por una pantalla flotante de 12,8 pulgadas que, como en el resto de BYD, puede disponerse verticalmente a toque de botón. Se convierte en el cerebro de operaciones del mismo y ofrece un funcionamiento rápido e intuitivo, similar al de un smartphone.

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Con una capacidad para cinco ocupantes, dispone de asientos deportivos de diseño ergonómico y reposacabezas de cuero vegano. Los asientos delanteros calefactados cuentan con ajuste eléctrico en seis posiciones para el conductor y cuatro para el acompañante. Los asientos traseros ofrecen un amplio espacio para las piernas, como una de las múltiples ventajas de la e-Platform 3.0. el respaldo de los asientos puede dividirse en una proporción 60:40, lo que permite ampliar el maletero de 345 a 1.310 litros cuando ambos respaldos están abatidos.

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