La batería del millón de kilómetros necesita una actualización. Ahora son 6 millones de kilómetros
Las baterías con electrolito sólido se han convertido en la última década en la gran esperanza para lograr baterías más pequeñas, ligeras, con mayor densidad energética e incluso más económicas debido a su mayor simplicidad. El problema es que este tipo de celdas no logran dar el salto del laboratorio a la calle, y ahora Panasonic acaba de confirmar que todavía queda un buen trecho para que lo haga.
Tatsuo Ogawa, director de tecnología del Grupo Panasonic, presentó ayer martes la hoja de ruta del fabricante japonés, y explicó que las nuevas baterías serán inicialmente para uso industrial. Señaló, sin embargo, que algunas tecnologías utilizadas en la batería con electrolito sólido «podrán posteriormente utilizarse para usos automotrices«.
Las baterías con electrolito sólido se consideran más seguras que las de litio convencionales porque no utilizan disolventes orgánicos inflamables. Estas además tienen una mayor densidad energética, lo que puede traducirse en una mayor autonomía para los futuros eléctricos.
Unos planes que chocan con los presentados recientemente por Toyota, que tiene como objetivo lanzar un coche eléctrico dotado de una batería de estado sólido en 2027. Una cifra hasta ahora lejana, pero que parece optimista a la vista del cronograma de Panasonic.
Entre las limitaciones actuales de la tecnología de Panasonic, está en que su batería con electrolito sólido tiene una densidad energética mucho menor que las de litio más avanzadas, aunque cuenta con una velocidad de carga más rápida.
La batería de los 1.000 km de autonomía de Prologium recibe un impulso de Europa para su producción
Sin dar datos concretos, algo habitual en este sector, Panasonic indica que su batería de estado sólido puede soportar decenas de miles de ciclos de carga y descarga. Algo que permitirá mejorar su rentabilidad y reducir la huella ambiental de su producción.
Una noticia algo pesimista, que confirma que a corto plazo, las baterías de litio-ferrofosfato serán las grandes animadoras de la transformación del transporte hacia la electricidad gracias a su lenta pero constante evolución, su bajada de precios, y un conjunto donde la vida útil es también más que destacable así como la simplicidad de sus componentes y facilidad de reciclaje.