La firma asociada al diseño italiano y el rally será la primera marca 100% eléctrica de Stellantis. ¿Por qué? Escribe Carlos Cristófalo.
Lancia presentó el sábado pasado el nuevo concept Pu+Ra HPE. Es un prototipo que no llegará a la producción en serie pero que, según la marca italiana, anticipa “el estilo y la estética” que tendrán los futuros modelos de Lancia.
El Grupo Stellantis decidió que Lancia sea el laboratorio para uno de los experimentos más importantes desde su nacimiento, hace dos años: Lancia será la primera marca 100% eléctrica del gigante automotor surgido de la fusión entre FCA (Fiat-Chyrsler) y PSA (Peugeot-Citroën). Stellantis justifica esta decisión en el hecho de que hoy Lancia es una marca con presencia relevante en sólo un país del mundo (Italia) y con sólo un modelo en producción (el pequeño Ypsilon).
En teoría, la ruta de futuros lanzamientos ya está definida. En 2024 se presentará el nuevo Ypsilon, en 2026 se develará un nuevo “buque insignia” (cuyo nombre aún no fue confirmado) y el 2028 será el turno de la “Nuova Delta”, un hatchback eléctrico inspirado en el famoso auto de rally de los años 1980 y 1990.
Lancia Pu+Ra HPE Concept (2023)
Galería: Lancia Pu+Ra HPE Concept
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¿Pero por qué Stellantis decidió que Lancia sea su primer experimento 100% eléctrico? La medida tomada por el CEO Carlos Tavares es más bien pragmática: desde antes de la creación de Stellantis, Lancia parecía condenada a la desaparición. Con sólo un modelo y recluida en el mercado de Italia, sólo contaba con todo su pasado por delante.
Vincenzo -sucedido por su esposa Adele Miglietti y su hijo Gianni Lancia, tras la muerte del fundador en 1937- fueron responsables de convertir a la marca en una de las más innovadoras de la industria automotriz europea. Lancia llevó a la producción en serie ideas surgidas del campo de la competición como el encendido eléctrico (Theta, 1913), la estructura monocasco (Lambda, 1922), la suspensión delantera independiente (Lambda, 1922), la caja de cambios de cinco velocidades (Series 3 Ardea, 1948) y el primer motor V6 en un auto de calle (Aurelia, 1950).
Lancia Stratos (1973)
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Sin embargo, entre 1963 y los albores del 2000, Lancia fue conocida por una sola cosa: sus triunfos en el mundo del rally. La variedad de autos ganadores que creó la marca italiana sólo puede ser comparable al historial de Ferrari o McLaren en la Fórmula 1. Desde el primer Fulvia HF hasta la última evolución del Delta HF Integrale, Lancia acumuló 73 victorias y 10 títulos de constructores en el Mundial de Rally, con cinco campeonatos de pilotos. A eso hay que sumarle innumerables triunfos en campeonatos y rallys locales, sobre todo en Europa.
Además de los Fulvia y Delta HF, en este terreno también brillaron los Stratos, 037 Rally y Delta S4. Sin embargo, Lancia nunca supo capitalizar en forma de ventas su abrumador dominio en las rutas más difíciles del planeta. La marca se limitó a fabricar y vender la cantidad de unidades necesarias para homologar sus autos de rally y perdió por completo el camino de la innovación que había sido forjado por sus fundadores.
De los años 2000 en adelante, Lancia se limitó a clonar y ser clonado por marcas como Saab, Chrysler, Dodge, Citroën y Peugeot. La multiplicación de modelos gemelos con cambios de emblemas (“rebadges”) erosionaron la imagen de una marca con un pasado glorioso.
En los últimos 20 años, de manera curiosa, las ideas más innovadoras de Lancia vinieron por el lado de empresarios y carroceros independientes. Una y otra vez, los fabricantes artesanales intentaron de seducir a Lancia para que retomara su sendero histórico: el desarrollo y fabricación de autos deportivos para correr en rally.
Fenómenon Stratos (2003)
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En 2003, la firma inglesa Fenómenon presentó en el Salón de Ginebra su concept Stratos: con los fondos aportados por el millonario suizo Christian “Hrabi” Hrabalek -dueño de la mayor colección de Lancia Stratos del mundo- se puso en marcha el proyecto de lanzar una interpretación moderna del Lancia con motor central de Ferrari.
El plan de Fenómenon era crear un auto deportivo preparado para correr en circuitos de asfalto, pero también en la tierra. El desarrollo llevaba el sello de los ingleses de Prodrive y contaba con un V8 de 420 caballos de potencia. Sin embargo, Lancia amenazó con demandar a la empresa si seguía adelante con el uso de un nombre y una silueta que se encontraban bajo su dominio y registro.
Lancia New Stratos (2010)
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En 2010, el piloto y millonario alemán Michael Stoschek volvió a la carga con una idea similar. Le encomendó a Pininfarina el diseño y desarrollo de un Stratos moderno. En este caso, se usó como base una Ferrari 430 Scuderia, con su motor central V8 de 540 caballos de potencia. Stoschek llegó más lejos que su colega Hrabalek: logró la aprobación de Ferrari para que donara la mecánica para su proyecto y puso en marcha un plan para producir una edición limitada de sólo 25 ejemplares. Pero Lancia, una vez más, frenó todo alegando que el nombre Stratos y la propiedad intelectual sobre el diseño le pertenecían.
El nuevo concept Pu+Ra HPE presentado el sábado pasado tiene un pequeño guiño al Stratos. A pesar de ser un futurista sedán de cuatro asientos, su parte trasera está rematada por faros redondos y con un empinado alerón que recuerda al Lancia más famoso.
La idea de Stoschek, Hrabalek, Prodrive y hasta Luca di Montezemolo -fascinado con el Stratos tras haberlo manejado en Fiorano- era siempre la misma: explorar el segmento de los autos deportivos que se puedan manejar tanto dentro como fuera del asfalto. Un auto de rally, pero que también se pueda usar todos los días en la calle.
Lancia Delta EVO-e RXs (2023)
Galería: Lancia Delta EVO-e RXs – Sébastien Loeb
Esta última noticia es más reciente, de hoy mismo. El piloto francés Sébastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de Rally, anunció esta mañana que correrá en Rallycross con un Lancia Delta Integrale. Pero no lo hará con un auto de la escudería oficial: la firma Special One le desarrolló un Delta EVO-e RXs. Es decir, será un auto eléctrico -como le gusta a Stellantis- pero con doble tracción y pensado para correr en asfalto y tierra.
Es una bestia con 662 caballos de potencia (331 en cada eje) y que acelera de 0 a 100 km/h en 1.8 segundos: “Siempre fui fanático de Lancia”, dijo Loeb. “Y cuando comprobé el comportamiento dinámico del Delta en tierra y asfalto, me convencí de que era el auto indicado”, agregó.
Esa fue la filosofía de Lancia durante sus 40 años más gloriosos y llenos de laureles en la competición. Sin embargo, mientras todos estos proyectos independientes buscan rescatar esa esencia de la marca italiana, Stellantis decidió avanzar a contramano: el Pu+Ra HPE se ve futurista, sofisticado y muy eléctrico. Pero está en las antípodas del concepto de quienes sueñan con comprar y manejar un Lancia.
Tras su retiro de la competición, el nicho creado por Lancia con sus famosos “homologation special” de rally fue copado por las marcas japonesas. Picaron en punta Mitsubishi y Subaru, con sus Lancer Evo e Impreza WRX STi. Es un nicho que hoy se apropió Toyota, con sus GR Yaris y GR Corolla. Autos deportivos, robustos y carismáticos, para disfrutar sobre cualquier tipo de superficie.
Paradojas de la industria. Escribo estas líneas mientras miro por la ventana al auto que tengo estacionado en mi garage (ver nota). No puedo dejar de pensar en esto: ese auto tiene los emblemas de Toyota. Debió haber sido un Lancia.
C.C.
VIDEO: Lancia Pu+Ra HPE Concept (2023)
Galería: Lancia Stratos Zero (1970)
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