La empresa matriz de Jeep ha ignorado las objeciones de la Nación Cherokee de que no debería usar el nombre Cherokee en algunos de sus productos.
El propietario de Jeep, Stellantis, no ha hecho nada porque su gerencia entiende que cambiar el nombre de un producto importante perjudicaría las ventas. Eso no es una excusa, éticamente. Pone en duda la moral de la gestión.
Varias otras organizaciones que utilizan nombres indígenas han realizado cambios, ya sea por la presión pública o por decisiones éticas de la gerencia.
En última instancia, la decisión sobre el nombre de Jeep recae en el CEO de Stellantis, Carlos Tavares. Tiene razones para no dejar caer el nombre Cherokee.
Las ventas de Jeep cayeron un 20% en el primer trimestre a 154.203.
A decir verdad las ventas están bajas por su baja fiabilidad, ya que tanto Consumer Report como J.D.Power han puesto a los modelos de Jeep entre los menos fiables del mercado.