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Hojas artificiales flotantes que emulan la fotosíntesis para generar combustible

Investigadores de la Universidad de Cambridge han creado un dispositivo inspirado en la fotosíntesis para crear combustible. Y, para ello, lo único que utiliza es la luz solar y el agua en el que flota.

Las hojas artificiales ultrafinas que está desarrollando un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge son el último intento de encontrar modos de afrontar la descarbonización del planeta que tanto preocupa en estos tiempos.

En concreto, este proyecto pretende incidir en un sector hasta ahora muy abandonado en las estrategias de descarbonización: el transporte marítimo. Hablamos de una industria que asume el 80% del transporte comercial mundial y que en su mayoría está impulsado por combustibles fósiles.

Por eso, resulta imprescindible encontrar combustibles alternativos como el caso de este nuevo invento.

Cómo funciona la hoja artificial flotante

La Universidad de Cambridge ha presentado unas hojas artificiales ultrafinas que tienen la capacidad de flotar en el mar, convirtiendo además la luz solar en combustible. Con sólo un milímetro de grosor, y un diseño flexible y ligero, estas hojas pueden situarse en aguas abiertas contribuyendo a la seguridad energética y como asistencia a los buques de carga.

Estas hojas artificiales son similares a los paneles solares, pero mientras estos generan electricidad a través de sus células fotovoltaicas, las hojas estimulan las reacciones químicas que producen combustible emulando la fotosíntesis de las plantas.

hojas artificiales flotantes que emulan la fotosíntesis para generar combustible

Prototipo de hoja artificial utilizada en el río Cam y pruebas en laboratorio.

Ya hace 3 años que los científicos de Cambridge idearon este sistema y fueron capaces de crear gas de síntesis, necesario para la producción de innumerables productos químicos, combustibles y farmacéuticos. Y todo ello con la única intervención de la luz solar, el dióxido de carbono y el agua.

Ahora, estos mismos científicos han encontrado el modo de trasladar esta técnica a una hoja lo suficientemente fina como para flotar y ser potencialmente aplicada en el mar. Para ello han llevado a cabo técnicas de miniaturización propias de la telefonía y la informática.

Con la intención de crear un diseño liviano, eficiente y que pudiese flotar, añadieron óxidos metálicos de película delgada y perovskitas, materiales que pueden capturar la energía de la luz y recubrirse con plástico flexible. Además, la hoja se cubrió con capas a base de carbono repelente al agua del grosor de un micrómetro que evitan la degradación por humedad.

Cómo recoger el gas

Este experimento se ha realizado en el río Cam, que cruza Cambridge, siendo capaces las hojas de flotar, dividir el agua en hidrógeno y oxígeno o reducir el dióxido de carbono a gas de síntesis.

Ahora, el reto pasa por encontrar el modo de encontrar una técnica viable de recogida de dichos gases emitidos por la hoja artificial flotante. Esto hace que, de momento, no sea posible su aplicación práctica ni escalable a nivel comercial.

Según los creadores, esta tecnología tiene la capacidad potencial de, mediante granjas flotantes, descarbonizar el comercio marítimo. Pero también de abastecer a los asentamientos costeros de islas remotas, evitar la evaporación en canales de riego o incluso de cubrir estanques industriales.

Fuente: Cambridge University / Fotos: Cambridge University

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