De la mano de The Little Car Company, Tamiya ha convertido su coche teledirigido más icónico en un divertido aparato que se puede conducir sin necesidad de radiocontrol.
The Little Car Company
Los años ochenta fueron, entre otras muchas cosas, la época dorada de los cochecitos teledirigidos. Prácticamente ninguna compañía juguetera de la época quiso quedarse al margen de aquel mercado, lo cual dio origen a una pléyade inabarcable de modelos que forman parte de la infancia de muchos.
Un capricho con edición de lanzamiento
Así, y alejándose de sus tradicionales reproducciones de coches clásicos a escala para los más pequeños, The Little Car Company presenta el Tamiya Wild One MAX. Y lo de ‘MAX’ no es sólo márketing ya que estamos ante un buggy de estructura tubular con una longitud de 3,6 metros y una anchura de 1,9, siendo capaz de albergar a dos adultos en un espacio no mucho más angosto que el de un automóvil urbanita.
The Little Car Company
El fabricante británico todavía no ha revelado datos sobre las capacidades del motor eléctrico del vehículo, pero sí se conoce que está equipado con un paquete de baterías extraíble de 14,4 kWh. Sea como fuere, esta planta motriz impulsaría los 500 kg del Wild One MAX hasta una velocidad punta de 96 km/h.
The Little Car Company
Diego García Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil.