Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing
a la cabeza de la tabla de tiempos, en la que él figura el 12º.
“La moto se comporta de forma muy agresiva, no gira como habitualmente. Estamos perdiendo todos los puntos fuertes que teníamos. Antes, a pesar de disponer de menos potencia que el resto, teníamos algunos puntos fuertes. Ahora tenemos algo más de potencia, pero parece que la moto se ha descompensado”, resumió Quartararo este viernes, al poco rato de bajase de su M1.
Frente al descomunal músculo que esconden las Desmosedici en su panza, Yamaha firmó un acuerdo el año pasado con Marmotors, un grupo de ingenieros liderado por Luca Marmorini, muy reputado en la Fórmula 1. El objetivo de esta colaboración pasa por encontrar las áreas del propulsor que tienen margen de mejora. Si bien inicialmente, al menos en pretemporada, parecía que el motor de la M1 había dado un paso adelante, todo indica ahora que ese aumento de la potencia ha supuesto importantes contraprestaciones.
tan agresiva, se mueve tanto, por todos lados, que no puedo verlo”, añadió el #20, más resignado que cabreado pero, eso sí, muy claro cuando se le pregunto por el momento que atraviesa.
“No funcionó nada de lo que probamos en Jerez. Probamos un escape que no funcionó; un chasis que tampoco, una electrónica que tampoco. Mentalmente es duro, porque estás acostumbrado a pelear por podios, y el que conseguí en Austin fue porque Miller se cayó delante de mí, y porque Pecco también se fue al suelo”, concluyó Quartararo.