Marc Marquez, Repsol Honda Team
Hasta 2019 Marc Márquez llevaba camino de batir todos los récords habidos y por haber en el mundo del motociclismo. Desde su fulgurante irrupción en la categoría reina, en la temporada 2013, el de Honda acumulaba seis coronas de MotoGP de siete posibles, 56 victorias y un dato extraordinariamente valioso: no se había perdido ni una sola de las 127 carreras celebradas entre su debut en 2013 y su sexto título, al final de 2019.
Sin embargo, esa hoja de servicios impecable y triunfal, iba a tomar una deriva absolutamente inesperada en 2020, un año que empezó torcido con la aparición de la pandemia mundial de la COVID19, el recorte de la temporada MotoGP a 14 carreras (muchas de ellas repetidas) y un inicio de temporada absolutamente atípico por la fecha, un 19 de julio bajo el sofocante sol de Jerez.
Aquel día cambió la vida de Márquez y MotoGP como lo habíamos conocido hasta entonces. El de Honda se lesionó y lo que nadie imaginaba que podía pasar, sucedió: a raíz de aquella lesión y consiguientes errores y malas decisiones, el piloto se perdió las 13 restantes citas del curso, un año en blanco para quien había dominado con mano de hierro la categoría los siete años anteriores.
2021 significó un espejismo para la rehabilitación del #93, que tras perderse las dos carreras inaugurales del curso, celebradas en Qatar, tomó parte en 14 de las 16 restantes, logrando una esperanzadora victoria en ‘su’ circuito de Alemania, y cerrando la temporada con tres podios en las cuatro últimas citas, un segundo puesto en Aragón y las victorias de Austin y Emilia Romagna (Misano).
Dos triunfos que invitaban a pensar que 2022 iba a ser el año de la confirmación de su recuperación. Pero las cosas no fueron como se esperaba. Tras arrancar la temporada con un quinto puesto en Qatar, Márquez sufrió una espeluznante caída en Mandalika, en la segunda parada del calendario, donde le sobrevino un nuevo episodio de diplopía que le dejó sin correr aquella carrera y la de Argentina, una dolencia que se sumaba a los reiterados dolores en el hombro derecho y el humero operado, que le seguía martirizando.
El 28 de mayo, en pleno GP de Italia 2022, Márquez anunció que paraba para someterse a su cuarta operación en el brazo derecho, cuyo hueso había rotado más del 30%, lo que le impedía pilotar con normalidad. Una intervención que le impidió tomar parte en seis carreras, y reaparecer en los test oficiales de MotoGP de Misano, el 6 y 7 de septiembre, volviendo a competir en el GP de Aragón y los cinco siguientes hasta Valencia, sumando un podio, el segundo puesto de Australia. Ese año, Marc tomó parte en 12 de las 20 carreras programadas.
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2023 empezó con el brazo recuperado y sumando la pole position en el primer gran premio del curso, en Portugal. Márquez logró, además, acabar en el podio en la primera Sprint Race de la historia tras estrenarse el nuevo formato de fin de semana en Portimao. Todo parecía que iba encajando y volviendo a la normalidad, hasta que el domingo, en la carrera, tras haberse consumido apenas tres vueltas, Marc protagonizó una osada maniobra impactando con Jorge Martín y derribando a Miguel Oliveira. Por la noche pasaba por el quirófano para restaurar un pequeño hueso en la base del pulgar de la mano derecha. Poca cosa parecía, pero no fue así.
El Marc Márquez que de 2013 a 2019 se caía y parecía de goma, ahora se hace daño cuando va al suelo, y ese pequeño hueso, ‘fractura de Bennett’ se denomina, le ha dejado tres fines de semana más en casa.
El resumen impresiona: Márquez disputó entre 2013 y 2019 un total de 127 grandes premios de 127 posibles. Desde que se lesionó en 2020, y hasta este fin de semana en Le Mans, el catalán ha tomado parte en 28 de los 56 eventos consumidos, exactamente la mitad. El balance de las primeras 127 carreras arroja 56 victorias, un 44% de éxito pleno. En las últimas 56 pruebas mundialistas, Marc ha logrado tres victorias, un 5,3%.
