Estamos ante uno de esos coches que tienes que mirar durante un rato para asimilar lo que estás viendo. Se llama Land Rover Bell Aurens Longnose y, como su nombre en inglés indica, le ha ‘crecido la nariz’ (‘longnose’ significa nariz larga), a la vista del enorme capó que luce.
Thiesen Hamburg GmbH
Podría alguien bromear diciendo que le ha sucedido esta transformación por ser ‘mentiroso’, y un pequeño porcentaje de razón tendría porque este extrañísimo coche sigue siendo un todo terreno puro, pero con guiños a los deportivos de los años 30 y con una estampa de prototipo brutal, cuando dudamos que sea capaz de transferir bien toda su potencia al asfalto o las dunas.
Asientos retrasados
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Con estas proporciones tan extrañas en un todo terreno, y desde luego más propias de un Caterham Super Seven, eliminaron su techo y crearon uno duro de aluminio que pudiera ser puesto y retirado, lo dotaron de un parabrisas mucho más inclinado que el original e hicieron que también la zaga fuera inclinada, a diferencia de la vertical del Land Rover ‘de toda la vida’.
Un V8 con 350 CV… de momento
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Porque lo que Bell y Kalvelage tenían en realidad en mente era construir un 4×4 salvaje con motor de avión, de ahí que esta primera unidad mostrara ya un capó en el que podrían caber dos V8 de Range Rover. Visualizaron un todoterreno insuperable tal vez con más de 700 CV, alimentado por queroseno, con prestaciones impropias para el viejo chasis de un Land Rover, capaz de ensordecer a todo el mundo a su paso y con unos consumos que sin duda superarían de largo los 100 litros/100 km.
Problemas de financiación
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Ahora sale a la venta una de aquellas dos unidades tan extravagantes. Dónde ha estado todos estos años es algo que no se ha dado a conocer, pero a la vista de cómo se encuentra el coche salta a la vista que ha sido perfectamente restaurado después de más de 55 años.
Lujo no le falta
También nos ha servido para conocer hasta qué punto Bell y Kalvelage desarrollaron un 4×4 que pretendía ostentar un lujo inusual en coches de este tipo, con barra antivuelco, tapicería de cuero napa para los asientos de tipo bacquet y los interiores de puertas, radio Becker México… Y hasta con una pelota de criquet haciendo de pomo del cambio, quizá por ser éste el deporte que apasionaba a sus creadores.
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Por si hay algún interesado, diremos que el coche se encuentra en Hamburgo (Alemania) en la prestigiosa concesión Thiesen Hamburg GmbH. Y su precio, claro, no es barato: 198.500 euros. Por este precio, a su comprador nadie le ganará en originalidad.