La Arena del Futuro es una pista de pruebas con un sistema de transferencia inalámbrica de energía para recargar los BEV en pleno viaje
La falta de infraestructura de recarga, los tiempos de carga y la autonomía limitada son los principales inconvenientes del coche eléctrico. Tres hándicaps a los que pone solución la Arena del Futuro, una pista de pruebas en la que se está desarrollando un sistema de recargar inalámbrico para que los BEV recarguen sus baterías mientras están en circulación. Podríamos decir que es como una pista de slot a tamaño real, pero sin la necesidad de que las escobillas del coche esté en contacto con los hierros de la pista, por lo que la autonomía de un coche como el Fiat 500 Eléctrico es ilimitada en este trazado.
El Fiat 500 Eléctrico rodando en la Arena del Futuro | BAMSphoto Rodella
La Arena del Futuro también puede recargar autobuses | BAMSphoto Rodella
El desarrollo de esta tecnología está siendo muy esperanzador, ya que en los rangos de velocidad en los que se circula habitualmente por autopista, el 500 Eléctrico recibe sin problemas la electricidad desde la carretera, y de una forma suficientemente continua y potente como para no consumir electricidad de su propia batería durante el trayecto, por lo que la autonomía es ilimitada en este trazado. Además, las mediciones de intensidad del campo magnético han demuestran que esta tecnología no tiene un impacto negativo en la salud del conductor y sus pasajeros.

La energía que empleas la Arena del Futuro proviene de fuentes renovables, y se transmite en forma de corriente continua (CC) de forma inalámbrica, mediante una instalación subterránea de bobinas y cables aluminio, más delgados, ligeros y fáciles de reciclar que los de cobre. Se trata todavía de una prueba piloto, que está lejos de poder implantarse de manera efectiva en carreteras reales, pero su llegada junto a innovaciones como el 5G, el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial, abrirá un mundo de posibilidades de intercambio de información entre los vehículos y las infraestructuras que también se podría aplicar a puertos, aeropuertos y aparcamientos públicos.