- Vinculado con la competición
- Dónde puedes conseguir uno
- Súper Escarabajo
- ‘Banco de pruebas’ para el Golf R32
- Bajo el provocativo armazón…
- Así iba
- La reencarnación de un coche de carreras
- Por dentro, casi tan ‘gordo’ como por fuera
- Fuera ‘lujos’: esto es un coche para correr
- Ficha técnica
Las 250 unidades fabricadas de esta versión RSI cambiaron la imagen ‘coqueta’ del New Beetle, que demostró que podía convertirse en un auténtico deportivo… y es que en sus entrañas se escondía la mecánica de un VW Golf R32.
Limitado a 250 unidades, el RSI fue un ‘súper New Beetle’ repleto de carácter y que, hoy en día, está muy cotizado. ¿Quieres conocerlo más en detalle?
Vinculado con la competición
El New Beetle que Volkswagen empezó a comercializar en 1997 empleaba la plataforma PQ34 –la del VW Golf IV–, pero su carrocería lucía un diseño que, si bien estaba muy acertadamente inspirado en el clásico VW Escarabajo, resultaba tan ‘coqueto’ que muy pronto se convirtió en uno de los coches preferidos por el público femenino –incluso la muñeca Barbie tuvo uno ‘a escala’–. Para atraer también la atención del público masculino hacia este modelo, y particularmente la de los entusiastas de la conducción, Volkswagen pensó que había una solución: comercializar una versión muy deportiva derivada del coche de competición que se utilizaba en el certamen monomarca VW New Beetle Cup.
Dónde puedes conseguir uno
Súper Escarabajo
El New Beetle RSI se presentó en el Salón de Ginebra del año 2000 para después comercializarse entre 2001 y 2003, y se distinguía del resto de la gama por el generoso alerón trasero y por el ensanchamiento de la carrocería –que alcanza los 1,81 metros de anchura, es decir, 8 cm más que la del New Beetle normal–.
Además, el kit estético se completaba con paragolpes específicos, un parabrisas con una banda adhesiva superior –inspirada en la competición– que actúa como parasol, faldones laterales, un segundo alerón sobre la luneta trasera, un doble tubo de escape fabricado por Remus –de sonido cautivador– y unas llantas OZ Racing Superturismo de 18″ con neumáticos Michelin en medida 235/40/18.
Curiosamente, 249 de las 250 unidades comercializadas –por unos 48.000 euros cada una– comparten el mismo color de carrocería: plata metalizado. La única unidad que es de otro color es la que fue a parar a manos de Ferdinand Piëch, promotor de esta edición especial. Ese ejemplar está pintado en el mismo tono azul del Golf R32.
‘Banco de pruebas’ para el Golf R32
Bajo el provocativo armazón…
El RSI no es sólo especial por su motor y por su diseño interior y exterior. También existen importantes mejoras en el bastidor. VW instaló frenos más potentes –con discos delanteros de 334 mm–, retocó la geometría de la suspensión e instaló amortiguadores y muelles más firmes. Además, una barra trasera de refuerzo, hecha en fibra de carbono y situada entre las torretas de la suspensión, contribuía a incrementar la rigidez del chasis.
Por último, el sistema de tracción total 4Motion –con el eje trasero conectable mediante embrague Haldex–, hacía que el RSI mostrara un gran nivel de agarre y estabilidad. Todos los propietarios del RSI advirtieron de que se producía un muy prematuro desgaste de los neumáticos posteriores, que se devoraban en muy pocos kilómetros.
Así iba
Aunque la puesta a punto del chasis era sorprendentemente rácing, el motor 3.2 VR6 de 225 CV no se mostraba tan deportivo, debido a su respuesta un tanto insípida y demasiado progresiva. Aún así, conseguía acelerar de 0 a 100 km/h en unos notables 6,4 segundos, pero una aerodinámica muy negativa –0,40 Cx– repercutía en una velocidad máxima de sólo 225 km/h. La caja de cambio manual de seis marchas ofrecía un excelente tacto y los desarrollos estaban muy bien escogidos.
La reencarnación de un coche de carreras
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Por dentro, casi tan ‘gordo’ como por fuera
Lo más llamativo al abrir las puertas del RSI son los baquets Recaro tapizados en cuero naranja –único tono disponible–. Pero, además, el interior estaba repleto de vistosos materiales como la Alcántara –en el techo y algunos tapizados–, el aluminio –en el salpicadero, pedales, palanca del cambio…– y la fibra de carbono, presente en mayor medida en los guarnecidos de las puertas –donde, por razones de espacio, hubo que prescindir de los elevalunas eléctricos–.
Como curiosidad, los mandos del equipo de sonido estaban en el techo, ya que en el hueco donde se alojaba habitualmente –en la consola central–, se ubicaba un voltímetro para la batería y un manómetro y un termómetro para el aceite. Por último, todos los Beetle RSI van identificados con una placa numerada en la consola central.
Fuera ‘lujos’: esto es un coche para correr
Aunque el RSI conservó algún equipamiento de confort y seguridad –como el aire acondicionado, el doble airbag o el ESP–, la extrema rigidez de la suspensión lo hacía bastante incómodo –el habitáculo disponía de cuatro plazas–. Además, en marcha resultaba muy ruidoso por el sonido del escape y porque buena parte del material aislante se eliminó para reducir el peso total.
Ficha técnica
PVP nuevo: 48.000 euros aprox.PVP actual: Desde 60.000 euros.Motor: 3.2 de seis cilindros en V, 225 CV de potencia a 6.200 rpm y 317 Nm a 3.200 rpm.Cambio: Manual de seis velocidades.Tracción: A las cuatro ruedas.Prestaciones: Acel. de 0 a 100: 6,4 seg. Vel. máx.: 225 km/h.Consumo: 11,9 l/100 km.Peso: 1.515 kg.Maletero: 209 litros.
Rivales: VW Golf R32, BMW Z3 Coupé 3.0i, Audi S3, Alfa 147 GTA…