¿Te imaginas que tu coche pudiera explicarte cómo cambiar una rueda en caso de pinchazo? Ojo a lo último de Microsoft y GM
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Primero, allá por los ochenta, existieron sintetizadores que, en algunos coches muy ‘futuristas’, nos hablaban con mensajes de voz robótica cuando dejábamos una puerta mal cerrada o nos quedábamos sin gasolina.
Ahora, la popularización de las inteligencias artificiales parece que está tentando a los fabricantes de automóviles para incorporarlas en sus futuros modelos. De momento, General Motors ha sido la primera en confesar que ya están trabajando en ello.
La idea del ‘chatbot’ embarcado
Según ha publicado recientemente el diario Semafor, el vicepresidente de GM Scott Miller ha confirmado que su compañía está desarrollando, en colaboración con Microsoft, una variante de la conocida ‘ChatGPT’.
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Esta IA, creada por la compañía OpenAI (que, a su vez, es propiedad de Microsoft) ha cosechado una gran fama en los últimos tiempos ya que, con sólo ‘hablar’ con ella a través de Internet es posible solicitarle casi de todo, como crear imágenes o textos desde cero a partir de unas ideas básicas.
En el caso de la automoción, la intención de GM parece pasar por que su ‘chatbot’ sea capaz de, por ejemplo, enseñar paso a paso al conductor cómo cambiar una rueda pinchada o explicar el significado de ese testigo de avería que acaba de iluminarse en el cuadro de instrumentos.
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Asimismo, durante un viaje esta inteligencia artificial podría ofrecer información relacionada con el lugar de destino (turística, gastronómica, eventos, etc.) o encontrar y reproducir música y otros contenidos en ‘streaming’ aunque no estén almacenados físicamente en el sistema multimedia del vehículo.
Por otro lado, se sugiere que este asistente también podría automatizar tareas simples (como la apertura y cierre de la puerta del garaje) y agendarlas con fecha y hora en un calendario, lo cual abre la puerta a poder programar igualmente el mejor momento para acudir a una revisión o reparación en el taller.
Éstas y muchas otras funcionalidades contarían con el respaldo de la nube Azure de Microsoft, la misma que ya gestiona para GM la conducción autónoma de sus robotaxis Cruise que ya operan en San Francisco. Desde luego, parece claro que la llegada de esta tecnología al automóvil no es una cuestión de sí o no, sino de cuándo.
