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Cada Bugatti Centodieci recorre al menos 300 km antes de ser entregado al cliente

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Cada Bugatti Centodieci recorre al menos 300 km antes de ser entregado al cliente

Bugatti busca la excelencia en cada vehículo que fabrica. Y esa excelencia solo se alcanza si el producto final se somete a una prueba de conducción con el experimentado piloto de Bugatti, Steve Jenny. Por eso, a pesar incluso de la exclusividad de sus automóviles, cada Bugatti Centodieci recorre al menos 300 kilómetros antes de ser entregado al cliente final.

Steve Jenny es un veterano piloto de pruebas y desarrollo de Bugatti que ha recorrido más de 350.000 kilómetros en modelos como el Veyron, el Chiron, el Divo o el exclusivo Bugatti La Voiture Noire. Su misión es garantizar que todos y cada uno de los coches se conduzcan como debería hacerlo un Bugatti, es decir, sin imperfecciones. En su palmarés hay unos 800 coches de la marca que han pasado por sus manos.

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El Bugatti Centodieci que ilustra estas líneas está terminado en pintura EB110 Argent y es uno de los últimos que ha testado el veterano piloto en su ruta habitual alrededor de la fábrica de la compañía en Molsheim. Estos recorridos cubren al menos 300 kilómetros y toma alrededor de 5 horas en los que se intercalan diferentes tipos rutas, desde carreteras de montaña a autopistas y recorridos a baja velocidad por los pequeños pueblos alsacianos de la zona.

Cada Bugatti Centodieci recorre al menos 300 km antes de ser entregado al cliente

El piloto de pruebas debe detectar hasta la más mínima discrepancia entre los 10 modelos Centodieci que se van a producir. Además de realizar test en carretera abierta, Jenny los prueba en una pista de un aeropuerto local, donde realiza slaloms a alta velocidad, cambios de carril de emergencia y fases de frenado extremo. El piloto también debe analizar los acabados de los materiales y los toques personalizados aplicados a cada coche.

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Una vez completada esta parte del programa de pruebas, a cada Centodieci se le reemplaza el filtro de la caja de cambios, se coloca el último juego de neumáticos, se corrigen las imperfecciones y se realiza una última prueba de conducción de unos 50 kilómetros.

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“No hay compromiso en la creación de un Bugatti, especialmente uno tan raro y único como el Centodieci. Dado que solo se crearán 10, las oportunidades de conducir un automóvil tan extraordinario son tan raras que debemos redoblar nuestra atención durante el viaje final” explica Steve Jenny.

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“Garantizar la perfección constante en cada Centodieci y en cada Bugatti es extremadamente importante. Si encontramos algún problema, no nos dejaremos influir por los plazos o el tiempo; el coche no se entregará hasta que estemos seguros de que es perfecto en cada detalle. Es lo que ha llegado a definir la marca Bugatti, y es lo que esperan nuestros clientes”, añade el piloto de pruebas de Bugatti.

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