El presidente del grupo BMW, Olivier Zipse, saluda al Rey Felipe VI en la visita de este miércoles.
En su primera visita a España, Zipse —que asumió el cargo de presidente del Consejo de Administración de BMW en 2019 después de toda una carrera desarrollada en la firma alemana— ha visitado al Rey Felipe VI en La Zarzuela, se ha reunido con el presidente del Real Madrid —club con el que tiene un acuerdo de asociación— y ha celebrado el encuentro con medios de comunicación en el Teatro Real —donde se entrega cada año el premio BMW de Pintura—. Zipse ha destacado que el mercado español está en buena forma pese a las circunstancias: “Es un contexto complejo, el mundo justo sale de la pandemia, y en este país estamos teniendo buenos resultados, también en la parte de los coches eléctricos, pese a la falta de infraestructuras para este segmento. El equipo está contento y el año que viene volveremos a tener los niveles de 2019″. El grupo BMW (que incluye los modelos de esta marca, los de Mini y los de Rolls Royce) vendió 2,4 millones de vehículos en 2022 en todo el mundo —algo más de 30.600 matriculados en España, según los datos de Anfac—.
La marca presentó a principios de septiembre en el salón del automóvil de Múnich su estrategia para los nuevos modelos, llamada BMW Vision Neue Klasse, sobre la que basará la fabricación de los coches eléctricos. Actualmente, ofrece versiones eléctricas de nueve de sus series de modelos, y prevé que en 2024 al menos uno de cada cinco coches nuevos de BMW sea totalmente eléctrico, una proporción que debería ir en aumento hasta 2026, cuando sea uno de cada tres. Pero Zipse no pone una fecha fija en la que todos los coches tienen que estar electrificados, ya que apuesta por una coexistencia con los vehículos de combustión, con los combustibles sintéticos (el llamado e-fuel) o con las pilas de hidrógeno. “No se pueden quitar los coches de combustión de una manera brusca, porque si no puedes comprar vehículos eléctricos, seguirás conduciendo vehículos antiguos”, ha apuntado. Por este motivo se ha mostrado muy crítico con la normativa Euro-7, que entrará en vigor en 2025 en la Unión Europea, y que establece límites máximos de emisiones para los coches nuevos. “No estamos contentos, por un problema de calendario, y porque si no tienen la tecnología para medir lo que se va a regular, no se debería regular. Incrementará los costes y el segmento de los coches pequeños no podrá seguir manufacturando. Un fin prematuro de los coches de combustión es un riesgo para Europa”, ha aseverado.
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