Desde luego, el GT40 casero de Ben Beames es una forma muy divertida de gastarse 25.000 euros.
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Existen empresas muy competentes dedicadas a recrear coches como el Ford GT40 para los entusiastas que no tienen cantidades de diez cifras en la cuenta corriente. Pero si bien sus kits ya son una solución genial para la mayoría, Ben Beames decidió darle una vuelta de tuerca a todo el proceso. Así, en lugar de comprar un kit y un chasis ya listos, Beames se construyó su propia interpretación de un GT40 MkII por alrededor de 23.00o euros.
El chasis del coche parte de un monocasco en aluminio, con algunas subestructuras en acero para reforzar el frente y la trasera. Beames lo diseñó a partir de las unidades originales que compitieron, utilizando imágenes y libros históricos relacionados con el modelo como referencia a fin de desarrollar su propia interpretación.
Beames dio forma a los componentes de aluminio mediante una prensa que construyó siguiendo un tutorial en Internet. A diferencia de los Ford originales, creados con puntos de soldadura en acero, el GT40 casero de Beames utiliza remaches para mantener unidos los componentes. Eso, junto a los materiales más ligeros, hacen que su coche registre un peso en báscula de 862 kg, aproximadamente 273 kg menos que un GT40 genuino lo cual no viene mal cuando se trata de divertirse.
Propulsa el conjunto un motor Ford 302 montado por BluePrint, el cual posee un pequeño aumento de cubicaje hasta los 5,7 litros. Este V8 entrega sin problemas 435 CV de potencia y 600 Nm de par, situándose con respecto a los originales entre los primigenios 289 y los posteriores 427 de carreras.
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En un principio Beames trató de obtener una carrocería MkI de una de las muchas compañías que ofertan sus kits de GT40, pero nadie se atrevió a venderle sólo el ‘cascarón’. Al final, terminó por reunir varios componentes de distintos kits MkII de Internet antes de comenzar el tedioso proceso de encajarlos todos. Beames sugiere a propósito de esto encontrar otra solución más efectiva, si lo que quieres es intentar un proyecto similar.
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Porque puede que te entren las ganas al saber que este invento apenas le costó a su creador un total de 23.000 euros. Y si bien completarlo le llevó dos años de trabajo, sigue siendo un plan muy tentador para conseguir una réplica de GT40 y sorprender a todos en los slaloms y track days.
Vía: Road & Track
Lucas Bell Born and raised in Metro Detroit, associate editor Lucas Bell has spent his entire life surrounded by the automotive industry. Diego García Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil.