Land Rover
La idea es crear una especie de familia de marcas, con algunas como Jaguar, que seguirán presentes. Mientras tanto, Land Rover desaparecerá como firma, pero algunos de sus modelos se convertirán en marcas independientes. En concreto, los restantes nombres que conformarán JLR serán Defender, Discovery y Range Rover.
Según Gerry McGovern, director creativo de JLR, la idea es “elevar y amplificar la singularidad” de estas marcas, cada una con su identidad y con un marcado rasgo sostenible. Sobre esto último, el foco estará en la fabricación de coches eléctricos como el primer Range Rover con esta propulsión, que llegará en 2025 y cuyos pedidos se abrirán a finales de este año.
Una inversión de 15.000 millones de libras
Con todo, estos nuevos coches seguirán basándose en la plataforma modular longitudinal flexible (MLA) para los de mayor tamaño, pero habrá una nueva base para los más compactos. Se tratará de la arquitectura modular electrificada (EMA), la cual veremos en los SUV de nueva generación de tamaño medio.
Todo esto forma parte del gran cambio que quiere llevar a cabo JLR, para lo que se ha previsto una inversión de nada menos que 15.000 millones de libras en los próximos cinco años. Un gran esfuerzo para lograr destacar en un mercado ya competitivo, pero que lo será mucho más dentro de unos años.